Antonio Asensio. | Click

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Antonio Asensio, mallorquín, de Palma, exfutbolista, exmayordomo y extrabajador de hostelería, jubilado y residente en Pereira (Colombia), donde vive con su segunda mujer, Luz Elena Correa, maestra, también jubilada, pasa unos días de vacaciones en Palma, donde se ha reencontrado con familia y amigos.

Antonio fue, entre otros, jugador del Atlético Baleares. Posiblemente el más destacado de su época, tanto es así, que no solo fue preseleccionado para jugar con los juveniles de España, sino que el seleccionador Víctor Martínez, que era también secretario técnico del At. De Madrid, lo quiso fichar para este equipo.

«En realidad -recuerda Asensio, con quien nos tomamos un café en el Bula de Ángel Cortés-, estuve haciendo la presentación con este equipo, entrenado por Marcel Domingo, y en el que jugaban, entre otros, Abelardo, Luis, Gárate, … Un equipazo, vamos ... Es más, ya tenía una habitación en el hostal Doncel, de la calle Hortaleza, donde vivían otros jugadores. Y es que lo veía muy claro, ¿sabe? Pasa que el traspaso no se hizo, todo porque el Baleares pedía por mí jugadores, en vez de dinero, y como el Atlético de Madrid no estaba dispuesto a desprenderse de ningún futbolista de su plantilla, pero si a comprarme con dinero, la operación no se hizo, por lo cual, como le conté a Tomás Monserrat cuando me entrevistó, el Baleares fue mi cáncer. Y es que no traspasándome me hizo perder gran parte de la ilusión que tenía, pero … bueno, aquello ya pasó».

-Una vez retirado del fútbol, ¿qué hizo?
-Entré a trabajar como mayordomo en casa de una conocida y reconocida familia de Son Vida que pasaba los veranos en Port d’ Andratx. Naturalmente, antes tuve que hacer un curso para aprender las principales normas: cómo servir la mesa, cómo contestar al teléfono, cómo dirigirme a los señores y a sus invitados, etc. Mi mujer, me refiero a la primera, que es la madre de mis hijos, fue contratada como cocinera.

-¿Qué recuerda de aquella experiencia?
-Se lo diré resumiré cuatro palabras: Ver, oír y callar.

-¿Qué hizo después?
-Trabajé durante 7 años en Bávaro (República Dominicana) para la cadena Barceló. De ahí me pase a Cuba, a Varadero, donde trabajé, también en hostelería, dos años, para terminar en Miami, en hostelería también.

-¿Y ahora vive en Colombia, en la ciudad de Pereira?
-Sí, allí vivo con mi segunda esposa, Luz Elena Correa, una mujer extraordinaria. Y vivo encantando, entre otras cosas, porque con lo que tenemos nos basta y nos sobre para vivir. Yo sigo teniendo la nacionalidad española, más la visa colombiana, la cual me da derecho a residencia y trabajo.

-Entonces, solventados los temas de residencia y trabajo, habrá notado la diferencia de lo que es vivir allí comparado con aquí, ¿no?
-Por supuesto. El otro día me tomé un variado con una cerveza y me cobraron diez euros. Pues bien, con ese dinero, en Pereira, mi mujer y yo comemos dos días en un restaurante. O sea, que imagínese.

-¿Tiene algún seguro para el médico?
-Tengo el de mi esposa, que es pensionada docente. Ya digo, no tenemos problemas en este aspecto.

-Sin embargo muchos colombianos salen del país …
-Sí, algunos huyendo de las mafias, y otros en busca de trabajo. La verdad es que no entiendo como muchos se vienen a España, algunos habiendo empeñado lo poco que tenía por pagar el billete. Y no lo entiendo porque en España tardas varios años en conseguir los permisos de residencia y trabajo y encima no hay mucho trabajo.

-Desde allí, ¿sigue la política española?
-Sí. Un poco desastrosa, ¿no? Me da la impresión de que Sánchez quiere ser presidente a toda costa, incluso pactando con quién sea…. Y si es necesario amnistiando a personas condenadas por los jueces. Ahora bien, comparando el gobierno de España con el de allí, me parece que son los mismos perros con distintos collares. Aquí gobierna Sánchez, dispuesto a gobernar sin haber ganado, y allí gobierna un ex guerrillero del M19, a quién se le oponen en muchas cosas.

-Sin embargo, en Colombia hay más violencia que aquí. Más muertos…
-Sí, es cierto. Sobre todo en Medellín, donde parece que se han puesto muy mal las cosas. Es un país en el que si no quieres problemas no tienes que dar papaya a nadie …

-¿Papaya?
-Sí, es una expresión. No dar papaya significa no contar a nadie los planes que tienes. Por eso, lo mejor es ver y callar, de lo contrario puedes se te pueden complicar las cosas. ¡Ah! Y no salir de noche. Y si te juntas con gente que no conoces, jamás aceptes una copa, pues te pueden meter en ella escapolamina, que te deja completamente adormecido, por lo que te pueden robar o secuestrar sin que te enteres. O te enteras tarde, cuando ya no hay nada que hacer. También, si tienes necesidad de ir al banco a hacer una operación, mejor que no te vean, pues te pueden esperar a la salida.

-¿Y usted, cómo lo hace?
-Ya le digo: siendo discreto. Sobre todo, no dando papaya, y no saliendo por las noches.

-¿Qué es la vacuna?
-Es lo que pagas para no tener problemas. Generalmente las vacunas las pagan los comerciantes a cambio de seguridad. Te visitan unos tipos, te dicen que si no quieres que te pase algo nada bueno, debes de pagarles cada mes tanto dinero, de lo contrario … Hoy, en Barranquilla, debido a las muchas extorsiones que hay, han tenido que cerrar bastantes negocios.

-¿Hay más mallorquines en Pereira?
-Hay cuatro más. Nos solemos ver de vez en cuando. Hablamos de nuestras cosas, de la isla, de fútbol, …

-¿Es cierto que en Colombia, o son del Barça, o son del Madrid?
-Bueno, cada colombiano aficionado al fútbol tiene su equipo, pero… Sí, o son del Madrid o son del Barça, o ahora, algunos, del Rayo, porque Falcao uno de los grandes jugadores colombianos juega con ellos. En cuanto a las ligas de Colombia nada tienen que ver con las europeas, ya que los equipos no son muy buenos. A cualquiera de los de allí los pilla un español y le mete seis. Además de Falcao, hay otro jugador, James, que jugó en el Madrid, que no está mal: muy bueno cuando tiene la pelota, pero cuando no, entra poco en juego. De haber sido tan bueno sin balón como con él, hoy seguiría en el Madrid.

-¿Cuándo regresa a Pereira?
-Pronto, pero, aunque allí me encuentre muy a gusto, siempre con ganas de volver.