Poppy posa junto a su perrita Whisky a la entrada de la Estación Intermodal | Ángela Cartagena

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Serveis Ferroviaris de Mallorca (SFM) publicó este jueves en el Boletín Oficial de las Illes Balears (BOIB) la nueva regulación que permitirá viajar en el tren y el metro con animales de compañía y que la empresa ferroviaria quiere implantar a principios de este próximo mes de marzo.

En Última Hora hemos querido preguntar a los usuarios qué les parece esta iniciativa y, aunque hemos encontrado opiniones de todo tipo, la mayoría de ellos, jóvenes y no tanto, se declaran a favor, o incluso «muy a favor», de la misma.

Es el caso de Poppy, ‘mamá’ de un caniche toy que se llama Whisky, que califica la iniciativa de «maravillosa»; o el de Carlos y Pedro, dos amigos de Palma que no tienen mascotas pero dicen estar «muy a favor» de la propuesta. «El problema no son los animales, son los dueños», coinciden todos en señalar. «Los dueños son quienes tienen que educar a sus mascotas, pero si son educados, no hay ningún problema», nos dicen Carlos y Poppy. Y lo mismo opinan Carles y su madre, de Pollença. «Los animales se portan mejor que algunas personas», nos dice ella.

África considera que la iniciativa «es un gran avance que estaba pendiente desde años».

África va un paso más allá y no sólo dice estar «súper de acuerdo» sino que considera que la iniciativa «es un gran avance que estaba pendiente desde años». Ella acaba de cumplir los 18 y vive en una zona de campo próxima a Marratxí. Nos cuenta que hasta que se sacó el carnet le era «imposible» llevar a sus mascotas al veterinario. «El veterinario más cercano de la zona está a unos 5km de mi casa», explica, «y más de una vez los he tenido que llevar caminando». A África, además, le gusta salir a patinar con su mascota, pero dice que lo hace menos de lo que le gustaría porque la tiene que llevar en el coche. Ella está muy concienciada contra el consumo de combustibles fósiles y el cambio climático y le parece «muy injusto, sobre todo para el medio ambiente».

Algo similar nos cuenta Elisabet, que todavía no tiene coche, y no puede llevar a su mascota desde su casa en Palma hasta la casa de su novio en Manacor. «Tengo que pedir a alguien que me la cuide si me quiero ir a pasar unos días a casa de mi novio», se lamenta.

«Depende del perro»

Otros usuarios, sin embargo, se muestran algo más reticentes. Como Sebastià y su mujer, Maria, que dicen estar «algo desanimados por tener que compartir un viaje con animales». «Los trenes van demasiado llenos, no están habilitados», dice Sebastià, a quien la medida no le parece «del todo saludable».

También les preocupa la higiene a Carmen, Inés y Cristina. «En un espacio cerrado no es higiénico, no es como el autobús», dice Cristina. Además las tres coinciden en señalar que es importante que se habilite «un lugar determinado para ellos, para no mezclar a los animales con todo el mundo» , insiste Inés, «sobre todo por las personas alérgicas».

Florian y su perro Muffin a la entrada de la Estación Intermodal

Florian piensa parecido. Él tiene un bulldog francés que se llama Muffin y considera que la iniciativa es «buena en general», pero le preocupa «que haya gente que tenga miedo».

Y es que, muchas de las personas con las que ha podido hablar este periódico han coincidido al responder que «depende del perro». Es el caso de Francisca, de Sant Joan, o el de Cristóbal, de Muro. «No se me ocurriría decir que no a un perro guía, pero no me gustaría viajar en un vagón con animales. Y a mi no se me ocurriría llevar a los míos», nos dice ella. «Si no son conflictivos me parece bien, pero si son peligrosos no lo veo bien. Ni aunque lleven bozal», insiste él.

Lo cierto es que las condiciones planteadas por la empresa en el borrador de la normativa resuelven la mayoría de las preocupaciones de los usuarios: los viajeros con mascota deberán hacer uso exclusivamente del último vagón y las mascotas deberán viajar en transportines, o sujetos con correa y bozal en el caso de los perros de mayor tamaño; a los perros guía, y a los animales entrenados para la asistencia o terapia personal, se les permitirá el acceso sin restricciones; mientras que los animales exóticos y los potencialmente peligrosos no tendrán permitido el acceso.

«La iniciativa está bien pensada, se ve que han querido asegurar cierto orden», nos dice Malik, a quien la propuesta también le parece «en principio bien, siempre que se respeten las medidas anunciadas». Le preocupa, sin embargo, «que no se cumplan o que se descontrole la situación» y que «se pueda generar cierto caos», sobre todo pensando en «la gente que pueda tener miedo a los animales».

Aunque han sido una minoría, también hay gente que no está «para nada de acuerdo» con el anuncio. Como Fani, de Palma, que dice que su «concepto de los animales es otro», que «no son personas» y recuerda que «no a todo el mundo le parece cómodo viajar con animales».