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¿Te produce ansiedad perderte el último acto social? ¿Publicas de manera compulsiva en redes y te obsesionan los ‘likes’ que te ponen (o no) tus contactos’? Si te ves identificado con estas afirmaciones es probable que padezcas FOMO. Estas son las siglas en inglés de un transtorno que obedece a Fear Of Missing Out, lo que traducido vendría a ser ‘miedo a no estar presente’.
La irrupción de las redes sociales en nuestra cotidianidad ha provocado que nuestros perfiles en plataformas como Facebook o Instragram se hayan convertido en la representación de facto de nuestra identidad: eres lo que muestras. Es por eso que la mayoría de nosotros compartimos contenido amable o incluso ídilico en nuestras diferentes plataformas, aunque lo publicado, muchas veces, diste de la realidad.

En edades cercanas a los 30 años las comparaciones son constantes ante publicaciones en las que se comparten, ya no solo la asistencia a una fiesta o evento, sino momentos clave en la vida de una persona como bodas o el nacimiento de un hijo... Compararse en exceso con los éxitos personales de alguien que conoces puede causar una sensación de fracaso y esta, a la larga y mal gestionada, puede llegar a afectar negativamente a nuestra salud mental.
Marina Rigo, psicóloga especializada en trastornos de ansiedad, explica que «estamos hablando de un síndrome que no entra en la categoría de patología (enfermedad). Vendría a ser un tipo de ansiedad. Los grandes manuales clínicos que utilizamos para diagnosticar trastornos todavía no lo incluyen porque se trata de un fenómeno bastante nuevo».
La profesional explica que «algunos de los rasgos comunes de las personas que lo sufren son que pasan mucho tiempo en redes sociales, sufren problemas de autoestima y se comparan mucho con los demás. También suele ser gente insegura, por eso necesitan el ‘feedback’ positivo del ‘like’ en sus publicaciones o comentarios. Muchos tienen dificultades para relacionarse cara a cara con los demás, por lo que utilizan las redes para ello».

Tratamiento
Sobre los síntomas que sufren aquellos que lo padecen, Rigo apunta como el FOMO «puede provocar cuadros de ansiedad por estar publicando constantemente para conseguir interacción con los demás. También es posible que cause otras situaciones como problemas de sueño, reducción de la motivación en el ámbito laboral o académico e incluso dolencias somáticas como dolor de cabeza en los casos más extremos».

¿Cómo ayudar alguien que padece un fenómeno tan reciente? La profesional contesta que «el FOMO está muy relacionado con una emoción que es el miedo. Como profesionales intentamos trabajar desde la regulación emocional para aprender a gestionar los pensamientos negativos que genera este miedo. El que esté leyendo este reportaje tiene que saber que todos, en cualquier momento, podemos vivir esta sensación. Es muy difícil que los que usamos redes sociales no hayamos sentido alguno de sus síntomas. Si no afecta a nuestro día a día no tiene por qué haber ningún problema, es una emoción más. Si vemos que es algo más problemático, se recomienda revisar nuestros hábitos con las redes y limitar su uso. El último paso sería recurrir a un especialista con formación en transtornos de ansiedad y adicciones», declara la experta.

Comparación
«Hoy en día parece que si no subes a redes una foto o un video del plan que acabas de hacer, este no ha existido. Necesitamos validación y demostrar que estamos haciendo algo con nuestra vida. Esto está muy relacionado con el sentimiento de pensar que te estás quedando atrás. Ves muchas bodas de amigos en redes y tu a lo mejor no tienes novio o novia y te gustaría estar en su lugar. Esto es peligroso», alerta la facultativa.

Marina Rigo añade que «me llama la atención que no se haga una buena prevención o no se informe más a los padres para que sus hijos hagan un buen uso del teléfono móvil. Sería mucho más útil centrarnos en prevenir que en tratar».