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Satish Kumar (Rajastán, India, 1936)  era un niño de nueve años cuando se marchó de casa y peregrinó por la paz desde la India a Moscú, Londres, París y Estados Unidos. Iba sin dinero y solo portaba consigo un bol. Dependía de la caridad de los demás para comer. Por eso jamás desarrolló decepción, porque tampoco tenía expectación por nada. Satish Kumar se dio a conocer en el mundo entero por su Marcha por la Paz (1962) para pedir el desarme nuclear. Exmonje jainista, ecologista y orador, es fundador del programa de educación holística Schumacher College (centro internacional para estudios de ecología) y de la organización benéfica educativa Resurgence Trust. Además, es autor de numerosas obras, la última Amor Radical, que presentará este sábado en el Espai Buit, en Palma, después de impartir una sesión de meditación y reflexión.

La última vez que vino a la Isla fue hace cuatro años. ¿Qué ha sentido esta vez?
Echaba de menos Mallorca. Es un lugar de paz, tranquilidad, donde coexisten todos los elementos: tierra, mar, aire y agua. En esta Isla, uno puede encontrar lo que sea, además de una gente increíble. Tengo amistades aquí y cada vez que vengo intento verlos. Sin embargo, es la primera vez que aterrizo en el Espai Buit, un refugio para encontrarse con uno mismo a través de la meditación o el yoga.

Su peregrinaje comenzó cuando tan solo tenía nueve años. ¿Qué aprendizaje le ha dado este estilo de vida?
En la vida, hay dos formas de viajar: como turista o como peregrino. Cuando conoces mundo como un turista, te sientes decepcionado porque tus expectativas son más altas de lo que te encuentras. En cambio, si vas de peregrino por la vida no esperas nada porque todo lo encuentras mientras caminas. Con nueve años empecé a caminar sin nada, descalzo, con un cuenco y viviendo de la caridad. Tanto si me daban comida o no, yo daba las gracias. Porque no esperaba nada.

¿Hoy en día es posible contemplar la vida como usted lo hace?
Sí, lo creo. Si lo hago yo, lo puede hace cualquiera. Depende de uno mismo decidir si quiere llenar su vida con expectativas o, por el contrario, sin ninguna expectación. Porque si no la hay, entonces tendrá una vida plena de amor. El amor significa dejar atrás las ansias, las expectativas.

Esto no lo enseñan en el colegio.
No, porque si enseñaran en los colegios a vivir sin tener expectación, no habría sufrimiento ni decepción, sino que habría plenitud. En mi libro Amor Radical precisamente hablo de un amor sin expectación. En definitiva, sin ego. Cuando uno deja atrás el ego, aparece la serenidad. Para ser felices primero hay que saber amar. Pero no es fácil porque el ser humano se enfoca en el ‘yo’, en uno mismo. El amor tiene que ser una dualidad. Sin ego, el ser humano sería mucho más feliz.

Si observa por un momento la Tierra, ¿cómo la describe?
Es un planeta con una vertiente negativa y oscura y otra positiva. En la primera, aparecen las guerras que parten de un mundo lleno de expectaciones, de necesidades y de ego. Es un ego colectivo. Pero a la misma vez, tenemos otro hemisferio positivo, donde pasan cosa buenas, donde la tierra produce, donde la gente ayuda, los enfermeros curan y donde hay mucho amor.

En su libro 'Amor Radical' habla precismente de esa desconexión que tenemos con la Tierra y con nosotros mismos.
La conexión está rota, y una de las razones es que los humanos pensamos que somos superiores a la naturaleza y que la naturaleza es una vía para generar dinero. En el libro confronto estos temas y enseño que la naturaleza y el ser humano son uno. Nosotros somos naturaleza, somos fuego, agua, aire y tierra. La naturaleza no es un objeto inanimado, es un organismo vivo. Debido a esta desconexión, nos enfrentamos a problemas como el cambio climático o las guerras. Son cuestiones que no se pueden resolver con la tecnología. Es importante que se enseñara a las nuevas generaciones que todos somos naturaleza.

¿Por qué es importante la espiritualidad en el ecologismo?
Todos somos espirituales, lo que pasa que la mayoría no lo reconoce. Somos un conjunto de cuerpo y espíritu. Porque el espíritu es consciencia, energía y, por lo tanto, vida. Sin espiritualidad, no existimos. El problema es que la sociedad moderna es materialista y defienden de que aquello que no se ve no existe. Sin embargo, muchos aspectos como el amor no se pueden medir; o la amistad, la compasión, la amabilidad...son cualidades de la espiritualidad. Sin todas estas cosas, no seríamos felices.

Tengo la sensación de que la frustración se relaciona con los problemas de salud mental.
Estoy de acuerdo contigo. Lo que se necesita es cambiar la educación porque enseñan únicamente lo material, no lo espiritual. No se incentiva que un niño cultive su imaginación o desarrolle su creatividad. Promueven las capacidades de fuera, como las matemáticas, la tecnología o las lenguas, pero no las capacidades internas. La educación necesita de ambas partes y estoy seguro que si hubiese este equilibrio, mejorarían los problemas de salud mental. Además, los jóvenes deberían aprender los tres niveles del amor para ser capaces de todo: amor propio, amor por el otro y el amor por la naturaleza.

¿Cree que la inteligencia humanista vencerá la inteligencia artificial?
No lo creo. Cada vez se perderá más por el auge de la IA. Estamos construyendo un mundo donde el ser humano no será necesario, solamente para consumir. Pero es que el ser humano no es eso, somos creadores, somos pensadores, artistas y producimos cosas. Sin embargo, una máquina nunca tendrá amor. Y sin amor, nadie puede ser feliz. Por eso la inteligencia artificial nos abocará a un mundo infeliz. Particularmente, los niños sufrirán más el desconocimiento, la capacidad de conocer y tener sabiduría.

Espero no llegar a eso.
Yo también lo espero. Porque todo será más superficial. Una tecnología tiene un impacto negativo, cuando debería ser, únicamente, una herramienta para el servicio del ser humano, no para reemplazar al ser humano.