Embarcación de pesca de arrastre en Ibiza. | Toni Planells

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Los peores previsiones de los pescadores de barcas de arrastre de Baleares se han cumplido: en 2024 tendrán que aplicar una reducción del esfuerzo del 9,5%. De este modo se alcanzará el máximo establecido por la Unión Europea (UE) del 40%. Una medida que se aprobó en 2017 -y se viene aplicando desde 2020- y está establecida en el Plan plurianual para los recursos demersales en el Mediterráneo occidental.

El presidente de la Federación Balear de Cofradías de Pescadores, Domingo Bonnin, explica que el reglamento comunitario «parte de una falacia, que unifica todo el Mediterráneo español con los mismos criterios». En este sentido, asegura que en el caso balear «no se tendría que aplicar» la medida, ya que las Islas tienen «1.400 kilómetros aproximados de costa para 30 embarcaciones», mientras que la costa valenciana y catalana, también es de 1.4000 kilómetros, pero cuenta con 440 embarcaciones.

Hasta el momento, la Federación estaba en vilo porque aún no se sabía cual serían las intenciones del comisario europeo, sin embargo recientemente llegaba una filtración de que se pediría el tanto por ciento que faltaba para completar la cuota, en este caso del 9,5% al estar este año 2023 fijada en 30,5%. En palabras de Bonnin había «pocas expectativas» de que el porcentaje fuera menor «independientemente de que [los pescadores] estemos bien o mal».

No se conocerán los detalles de la aplicación del reglamento hasta mediados de diciembre, puesto que los días 11 y 12 se celebrará en Bruselas el Consejo de Ministros de Agricultura y Pesca de la UE, donde además de las cuotas pesqueras, se decidirán los Totales Admisibles de Captura (TAC). En relación a esto último, el presidente de la Federación ya adelanta que en cuanto a la gamba roja, se exigirá una reducción del 9%.

Asimismo, existe la posibilidad de que el porcentaje de reducción del esfuerzo que la flota de arrastre debe acatar sea menor, de hasta un 4% menos, asumiendo sólo un 5,5%, siempre y cuando se cumplan una serie de requisitos. Estas directrices las estipula la UE, y aún se se saben cuáles serán las del año entrante. Este 2023, aquellos que quisieran tener un porcentaje menor debían no podían pescar durante febrero a 650 hasta 500 metros de profundidad.

Por su parte, la secretaria general de Pesca, Isabel Artime, ha dado a conocer este lunes que defenderá durante la Presidencia española del Consejo de la UE el establecimiento de unas cuotas pesqueras que respondan a los intereses de la flota y que garanticen el mantenimiento de una pesca comunitaria sostenible y competitiva. En lo que se refiere al Mediterráneo, ha dicho que la nueva propuesta de la CE presenta un escenario «muy complicado» por la reducción adicional del esfuerzo. Además, ha afirmado su intención de cara al Consejo es intentar limitar al máximo la nueva reducción de días de pesca propuesta por la Comisión, por lo que seguirá apostando por el fortalecimiento del mecanismo de compensación.

Para ello, volverá a defender que se tengan «muy en cuenta» los parámetros socioeconómicos y la apuesta por la selectividad de los artes de pesca como herramientas para lograr que se cumplan los objetivos del Plan de una manera equilibrada y progresiva. Además, la Presidencia española ha propuesto cambios en el proceso de negociación, anticipando parte del trabajo preparatorio del Consejo para poder avanzar en los aspectos más técnicos y dejar las decisiones más políticas para los propios días del Consejo.