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Castigado al ‘rincón de pensar’ por su grupo parlamentario, el excura, y doctor en Derecho Canónico Francisco José Cardona aprovechó su intervención en el pleno del martes ante una propuesta del PSIB sobre vivienda para reflexionar sobre la verdad. Y de entrada, y después de referirse a «don Miguel» (que, precisó era Miguel de Unamuno) aseguró que «casi siempre, por no decir siempre, la verdad, también los grandes secretos, están a la vista». Y añadió, otra vez con palabras de Unamuno, que «en todos los órdenes, la muerte es la mentira, y la verdad es la vida; y si la verdad nos llevara a morir, vale más morir por la verdad, morir de vida, que no vivir de mentira, vivir muriendo».

El diputado de Vox Francisco José Cardona defendió «el quijotismo como forma de vida», afirmó que eso es lo que «nos da valor para afrontar el ridículo» que –y así concluyó su intervención– «el arma que manejan todos los miserables». Naturalmente que se estaba refiriendo a la situación interna de su partido. Desde el principio (y eso ya se ha contado) había defendido no «doblar la apuesta» (él considera que parte de su grupo parlamentario dobló la apuesta al no votar el techo de gasto que presentó el Govern la semana pasada) e ir paso a paso.

En cada legislatura hay un representante menorquín que se hace oír (además de Josep Castells, que se hacía oír en la legislatura pasada y también en esta) aunque se envuelva en metáforas o se remonte a Poncio Pilato, a quien también citó aunque no por la frase aquella, «yo me lavo las manos». Cardona hizo un aparte con la presidenta Prohens, no fue el único. También el socialista Negueruela habló con Prohens. Le dijo que su oferta para abstenerse en la votación del techo de gasto iba en serio, y que no le pedía romper con Vox: que lo único que le pedía era que no secundara su estrategia sobre la lengua. Hoy se reúne la ejecutiva del PSIB. Igual ya se sabrá entonces a quién ha elegido la dirección nacional de Vox para el resto de travesía.