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Un Quizá sea aventurado afirmar que lo que no haces en los primeros cien días de gobierno ya no lo vas a hacer, pero es evidente que ese periodo marca el rumbo de tus políticas.         

En el caso del Ejecutivo conservador de Marga Prohens, el camino ha empezado a trazarse a base de falta de diálogo, parálisis de departamentos y conselleries enteras, menosprecio por la transparencia, desarrollismo en materia territorial y chanchullos que nos recuerdan evocan los tiempos más oscuros del PP en las instituciones.

El consenso que caracterizó las dos últimas legislaturas de gobiernos de izquierdas – plasmado en decenas de reuniones de la Mesa de Diálogo Social con sindicatos y patronales - ha sido substituido por reuniones bilaterales entre los actuales responsables políticos y empresarios afines o lobbys poderosos y por rendiciones al ideario ultra del único aliado que le queda a la presidenta Prohens. Como ejemplo: en tan solo un par de meses, la coalición PP-VOX ha dinamitado el equilibrio lingüístico de Baleares con una propuestas de ley que a los catalanoparlantes. Modelo-Bauzá en estado puro,

La protección del territorio y el avance hacia un modelo sostenible, ha dado paso a la ‘barra libre’ urbanística que incluye el decreto de vivienda y que permite aumentos poblacionales sin tener en cuenta ni la suficiencia de recursos naturales, como el agua, ni la disponibilidad de infraestructuras esenciales.       

El esfuerzo por profundizar en la ética de los políticos, ha sido relegado por el oscurantismo, la dispensa de dar explicaciones y por la medida estrella de estos cien días: un grosero intento de eliminar por la vía de urgencia la Oficina anticorrupción, justo cuando el organismo ha puesto el foco en la trama de Campos, que implica cargos del PP. ¿En esto consistía el cambio?           

A pesar de todo lo anterior, desde el PSIB-PSOE vamos a insistir en una oposición responsable y en extender la mano al Govern actual para articular medidas que respondan a las necesidades de los ciudadanos.

Pedimos al Ejecutivo autonómico que aproveche la elevación del techo de gasto – derivado de una buena gestión económica – para mitigar los efectos de una inflación que tiene resortes internacionales (la guerra provocada por Putin y ahora la dramática inestabilidad en Palestina e Israel). Hay músculo presupuestario para consolidar y reforzar si cabe el escudo social que se levantó en los últimos años: Renta social garantizada, transporte y actividades extraescolares gratuitas o ampliación de derechos y servicios en materia de dependencia, entre otros avances.

Y aprovechamos también para reiterar nuestra propuesta por un Pacto por la lengua que acabe con a les amenazas y los desmanes d ellos radicales respecto a una de nuestras principales señas de identidad.

El rumbo de estos primeros cien días de puede revertir, estamos a tiempo, y los socialistas vamos a seguir trabajando para que sea posible, desde la experiencia, la responsabilidad y el interés público.