Varios cruceros, amarrados en el Puerto de Palma. | Jaume Morey

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La regulación de escalas de cruceros en el puerto de Palma que se firmó en mayo de 2022 entre la patronal CLIA y el Govern del Pacte, va a tener en el último cuatrimestre de este ejercicio la plasmación de que las navieras han logrado adecuar su programación de escalas con el puerto de Palma. Así, de septiembre a diciembre la caída porcentual media de cruceros respecto al pasado año será del 15 %.

En septiembre se contabilizarán 49 escalas, frente las 58 de 2022, lo que representa un descenso del 15,52 %. Para octubre, según la programación de la Autoritat Portuària de Balears (APB), hay previstas 71 escalas, 14 menos que el pasado año. El descenso es del 16,47 %.

La evolución en el último cuatrimestre rompe la tendencia que ha imperado desde principio de año hasta agosto, donde la demanda de cruceros en el puerto palmesano había incrementado el número de escalas, situándose en cifras de prepandemia.

El cambio de Govern en mayo y la previsión de las navieras englobadas en CLIA de renegociar el acuerdo de 2022, fue zanjado de raíz por el conseller de Turisme, Cultura i Esports, Jaume Bauzà en agosto. El Govern que preside Marga Prohens mantendrá la actual regulación de tres escalas de cruceros diarias, uno de ellos un megacrucero de 5.000 personas, durante este año y todo 2024.
Será a partir de septiembre y octubre del próximo ejercicio cuando el Govern y las navieras estudien la posibilidad de aumentar el número de escalas.

De momento, el balance de la limitación de escalas es positivo para las empresas de cruceros, principalmente porque la actividad en el puerto de Palma se ha podido mantener, con el consiguiente impacto económico en Ciutat.

Tanto consignatarios como transportistas y agencias de viajes puntualizan que la evolución de las escalas en el puerto es una cuestión que se tiene que dilucidad a medio plazo, pero indican que el descenso desde septiembre les preocupa.