Laura Valls, estudiante de Naturopatía en Mallorca.

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El abanico de la oferta educativa se amplía inagotablemente, tanto en la red como en las aulas presenciales. Hoy en día se puede estudiar prácticamente de todo: desde cortador de jamón hasta para ser experto en doblaje. Ya sea en busca de un cambio o mejora profesional, por profundizar en un tema de interés o simplemente para no aburrirse, cursar estudios una vez finalizados los normativos está en auge. La proliferación de plataformas online y de nuevas especializaciones aboga más a ello. Es el caso de Laura Valls, una joven mallorquina, alumna de Naturopatía puramente por vocación: «Estudio por crecimiento personal, no para dedicarme a ello».

El caso de Laura ejemplifica el de aquellos a los que el 'teleestudio', impulsado por el confinamiento, les ha permitido volver a formarse. Apasionada desde pequeña por las propiedades naturales de las plantas, hace más de diez años ya se apuntó al grado en Naturopatía de la escuela palmesana Estena Salus. Sin embargo, no pudo acabarlo por la dificultad de conciliar los estudios con el trabajo y su vida personal. Ahora, la digitalización le ha permitido retomarlo: «Es muy cómodo, porque lo haces cuando quieres, siempre que tengas a mano el ordenador. Es una forma de adquirir conocimientos sólidos sobre un tema que te interesa. La naturopatía era una afición que tenía desde hacía años, pero muchas veces los libros se te quedan cortos. Al menos yo necesitaba una visión amplia y estructurada, además de contar con profesores a los que siempre les puede preguntar dudas».

Laura anima a los dubitativos a que den el paso y apuesten por su formación: «No solo es el hecho de estudiar algo que te gusta o que te pueda ser útil, también es un espacio para socializar. Encuentras a gente con tus mismos intereses. Yo, de hecho, aún conservo amigos de cursos de hace diez años».