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El ‘caso de la Manada’, ocurrido en Pamplona el 7 de julio de 2016, supuso un antes y un después en el trato de los casos de agresión sexual. También permitió una reforma en el Código Penal sobre los delitos sexuales. Pero no ha frenado la proliferación de más casos, muchos de ellos en Mallorca, en los que coinciden las mismas circunstancias: que la mayoría de las víctimas y los agresores son extranjeros, que aumentan sobre todo en verano y en las zonas donde son mayoría los turistas incívicos.

«Hace unos cuantos años, en España se denunciaba una agresión cada ocho horas. Ahora se denuncia una cada tres horas. Pero por otra parte las violencias sexuales tienen un espacio en la Administración gracias al trabajo de los colectivos feministas. Desde el ‘caso de la Manada’ ha habido más sensibilización a la hora de poner sobre la mesa este problema social y político hasta llegar, hoy en día, a tener la ley de garantía integral de la libertad sexual (solo sí es sí)», reflexiona Rosa Cursach, exdirectora insular de Igualtat.

El repunte de denuncias por parte de mujeres víctimas de agresiones sexuales se produce en verano. Por ello, garantizar la libertad sexual es uno de los puntos más destacados de la ley del solo sí es sí. Por otra parte, desde el punto de vista de Cursach, falta prevención por parte de los sectores dedicados al ocio nocturno.

Esta misma semana se procedió a la detención de un grupo de franceses por violar a una joven turista en Magaluf. El pasado mes de julio, la Policía Nacional detuvo a una ‘manada’ alemana por violar a una chica en Playa de Palma. En ambos casos, se grabó la agresión sexual. En 2022 una joven denunció a tres desconocidos por abusar de ella en un hotel de s’Arenal. Ese mismo año, dos turistas violaron a una sueca en Magaluf. En 2021 detuvieron a cuatro implicados por abusar en Magaluf de una menor tutelada. «Se ha banalizado la sexualidad, prueba de ello es que los agresores graban con sus móviles las violaciones», lamenta Maria Duran, jurista feminista. Argumenta que el acceso temprano a la pornografía, sobre todo «porno violento y que humilla a la mujer, hipersexualiza a las niñas y hace que cada vez más chicos cooperen en la violación como un acto de afirmación de su masculinidad delante de sus compañeros».

Para entender por qué esta lacra se repite más entre extranjeros, las expertas señalan diferentes puntos a tener en cuenta: que las violaciones no son obra de desconocidos en la mayoría de casos –son las integrantes de un mismo grupo de amigos quienes denuncian– y que las drogas y el alcohol actúan como desinhibidores de las conductas machistas. Pero defienden que el principal problema es la creencia de que «los cuerpos de las mujeres pertenecen a ellos», señala Cursach. Ayuntamientos como el de Calvià han aplicado diversas normativas como prohibir la exposición pública del alcohol en los mostradores.

La nueva directora del Institut Balear de la Dona (IBDona), Catalina Salom, expresa también su condena ante las últimas agresiones sexuales en Mallorca. «Queremos impulsar desde las instituciones protocolos para reforzar el acompañamiento a las víctimas a fin de que su proceso sea más leve». Asimismo, Salom recordó que para las víctimas extranjeras (que no sepan castellano o catalán) cuentan con un servicio de teletraductor que pueden utilizar las 24 horas del día.