Catalina Cirer visitando a los residentes de las Hermanitas de los Pobres.

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En la residencia de la gent gran de las Hermanitas de los Pobres, en General Riera, apenas quedan monjas pero las que están resistirán hasta que llegue el momento de abandonar este edificio, previsiblemente a finales de 2024, después de que el año pasado la madre provincial anunciara a las hermanas la decisión de dejar la Isla. Entre los motivos, las dificultades económicas y la falta de vocación.

Pero hasta que eso ocurra, el cuidado a los residentes más pobres no para ni un segundo los 365 días del año, así como tampoco las visitas. Anteayer recibieron a la nueva consellera de Famílies i Afers Socials, Catalina Cirer, acompañada del director general d’Atenció a la Dependència, Pedro Codes, así como del director ejecutivo de Benestar Social del Consell de Mallorca, Guillermo Sánchez. Pudieron conocer de primera mano el proyecto de atención a las personas mayores de las religiosas. Actualmente cuidan a 65 personas, aunque su capacidad total es de 90 plazas.

Durante el recorrido, las autoridades conocieron a algunas usuarias de la residencia. Charlaron con ellas en la terraza del edificio emblemático. También visitaron el resto de instalaciones de la residencia.
La hermana Sor María Francisca fue una de las monjas responsables de recibir a la veintena de personas, entre autoridades, técnicos y trabajadores, que estuvieron en la casa de ancianos. También les acompañó la directora técnico, Rosa María Aloy. «Agradecemos la visita de las autoridades de la Isla así como el interés que han demostrado por la labor que hacen por las personas mayores más vulnerables», destacaron las hermanas tras la visita oficial.

Futuro de la residencia

Después de 145 años en Palma, las monjas de las Hermanitas de los Pobres dejarán el espacio. Pero el Govern anterior anunció la posibilidad de negociar para que se convierta en una residencia pública. No sé sabe de momento el futuro de este edificio histórico, que hace una función imprescindible para la gente mayor pobre, pero es uno de los puntos que tendrá que resolver el nuevo Govern junto con el IMAS.

Con todo, el anterior Govern socialista defendió que esta residencia «debe quedarse en Palma para las personas mayores», por lo que la principal intención era gestionarla públicamente. Hasta la fecha, quedan tres religiosas en funcionamiento y dos jubiladas.

Con todo, el anterior Govern socialista defendió que esta residencia «debe quedarse en Palma para las personas mayores», por lo que la principal intención era gestionarla públicamente. Hasta la fecha, quedan tres religiosas en funcionamiento y dos jubiladas.