Las navieras detectan desde principios de junio un descenso progresivo del pasaje procedente de puertos españoles, así como una caída en el número de coches privados por el encarecimiento de los precios. | Josep Bagur Gomila

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Las navieras Baleària, Trasmed-Grimaldi y GNV constatan este verano un descenso del turismo español a Mallorca, según sus ratios de niveles de pasaje y carga en comparación con el mismo período de 2022 y 2010. La caída oscila entre 8 y 10 % y el argumento que esgrimen es que el mercado nacional se está viendo afectado por el encarecimiento progresivo de la Isla como destino vacacional, lo cual está beneficiando a los destinos competidores de Mallorca en el Mediterráneo, principalmente Croacia e islas griegas, así como a los de Mediterráneo oriental, como Turquía y Egipto por imperar precios más bajos y asequibles.

Un factor determinante del descenso del turismo español este verano es el elevado precio de los hoteles, circunstancia que también está afectando a la ocupación de los establecimientos de la mayoría de establecimientos turísticos de la Isla. El único segmento que funciona en estos momentos sin problema alguno es el del turismo de alto poder adquisitivo, de ahí los niveles óptimos de ocupación en los hoteles boutique de Palma, en los establecimientos de cinco estrellas y en la oferta de agroturismos, que es una de la más demandada de Europa por su calidad y servicios turísticos.

Las ofertas que realizan los mayoristas españoles no están funcionando como se esperaba, de ahí la preocupación por la evolución de este mercado y su impacto negativo en el transporte marítimo y aéreo. El responsable de Relaciones Institucionales de Baleària, Antoni Mercant, ante esta coyuntura, señala: «Es cierto el descenso del pasaje procedente de la Península, lo cual nos preocupa, pero al final de la temporada superaremos las cifras de 2022».

Mayoristas, transportistas y empresas de rent a car reconocen que los elevados precios que imperaban al inicio de la temporada, muy por encima de los de la competencia, ha sacado de mercado a Mallorca, siendo el turismo español el más perjudicado. Las empresas de rent a car englobadas en las patronales Aevab y Balebal, dentro de esta dinámica, se han visto obligadas ante la pérdida de poder adquisitivo de los turistas que llevan a Mallorca a realizar descuentos de hasta un 30 %. La oferta de restauración registra un descenso de actividad de un 20 % y la situación, según las sectoriales turísticas de PIMEM y CAEB, no va a mejorar, más aún con las previsiones de reservas de los touroperadores españoles y extranjeros de cara al mes punta de la temporada de verano: agosto.

Navieras y transportistas confían en las ventas de último momento (last minute), pero el turismo español, por la inflación y la pérdida de poder adquisitivo, «pensamos que no va a registrar los niveles de actividad del pasado verano, donde hubo un auténtico boom de reservas», apuntan los hoteleros. Los mercados francés y holandés, en cifras negativas

Mientras el turismo alemán y británico ha recuperado en la primera quincena de julio los niveles de 2022, incluso superándolos ligeramente, los mercados alternativos como el francés y el holandés no están teniendo el mismo comportamiento. Pese a estos vaivenes en los mercados emisores extranjeros, las cifras de movimiento de pasajeros en el aeropuerto de Palma están por encima de 2022 y 2019, principalmente por el impacto del turismo de alquiler vacacional. La oferta hotelera, según la patronal FEHM, confirma que la ocupación es ligeramente inferior a la del pasado año.