'Serp de ferradura' (Hemorrhois hippocrepis).

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La tesis doctoral de Maria Febrer, Impacto de las serpientes invasoras en las Islas Baleares: un enfoque ecológico y molecular (el título original es en inglés), propone que todas las nuevas especies de serpientes que se introduzcan en Baleares en el futuro sean consideradas invasoras.

La tesis, que fue presentada en la UIB el pasado 30 de junio con Antoni Sureda y Samuel Pinya como directores, trata la situación de las cinco especies de serpientes presentes en las Islas: de garriga, d’aigua, blanca, de ferradura i verda. La serp d’aigua y la serp de garriga fueron incorporadas en época romana e islámica, respectivamente, y por ello se las considera de introducción histórica en Mallorca y Menorca. No están presentes en las Pitiusas. La serp blanca es de intoducción histórica en Menorca, pero reciente en Mallorca, Ibiza y Formentera. En las Pitiusas está declarada como invasora. La serp de ferradura está ausente en Menorca y es reciente en Mallorca e Ibiza, donde también es invasora. Las consideraciones de invasoras en las Pitiusas se deben a los evidentes impactos negativos sobre el ecosistema. Finalmente, la serp verda es reciente en Mallorca, no está en Menorca y ha sido detectada en Ibiza, pero no se la ha vuelto a ver.

Serpientes en Baleares

Febrer explica que «estas consideraciones de especies introducidas e invasoras deberían revisarse. La serp verda es de introducción reciente en Mallorca, pero su dieta es muy amplia. Puede generar un grave impacto en áreas sensibles como s’Albufera de Mallorca, donde existe una población importante. Come pequeños mamíferos, aves, reptiles, dragons, sargantanes y otras serpientes, incluidas las de su propia especie. Con todos estos factores, en Mallorca todavía no ha sido declarada invasora. A partir de aquí, y vistos los efectos, cualquier nueva especie de serpiente introducida en Baleares en los próximos años debería ser considerada invasora y, en el caso de Mallorca, las tres ya existentes que no son de introducción histórica: blanca, de ferradura y verda. Aunque sean de introducción reciente, durante años se han extendido por la Isla, ocupando gran parte del territorio».

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La doctora se refiere a la principal causa de introducción de serpientes en Baleares, la importación de árboles ornamentales, sobre todo olivos: «Las serpientes, durante su hibernación, se esconden en los árboles. Desde el pasado febrero está vigente un decreto balear de control para la protección de la sargantana pitiüsa y la sargantana balear, ambas con la calificación de vulnerables, contra estos ofidios. El decreto establece que cualquier olivo, algarrobo o encina con un perímetro basal superior a los 40 centímetros es susceptible de albergar ofidios y fija, en función de la hibernación y la puesta de huevos, que estos árboles pueden ser importados entre el 1 de abril y el 15 de junio, y el 15 de septiembre y el 15 de octubre, con autorización previa de Medi Natural. Mi opinión es que los controles deberían aplicarse durante todo el año, pues estas fechas no son matemáticas. Los ofidios pueden cambiar sus comportamientos de hibernación o puesta en función de las condiciones meteorológicas y hay especies que pueden no responder a esos calendarios, especialmente en un escenario de cambio global como en el que nos encontramos».

Maria Febrer señala que «se detectan mayores densidades de serpientes en zonas cercanas a viveros. Y si el árbol ornamental llega finalmente a su destino con una serpiente dentro, no se hace otra cosa que facilitar su dispersión. Este proceso también puede ocurrir con el transporte de leña e incluso de materiales de construcción. Ambos casos, venta en viveros y transporte de leña y materiales de construcción, actúan como dispersores y permiten a las serpientes recorrer una distancia que nunca harían por sí mismas».

Según Febrer, «a partir de la información aportada por el Consorci per a la Recuperació de Fauna de les Illes Balears -Cofib- y las bases de datos de proyectos de ciencia ciudadana como Biodibal, hay serpientes en toda Mallorca. Hemos experimentado con dragons y ya reaccionan al olor de una serpiente que ha permanecido anteriormente en un espacio determinado».

La bióloga y ecóloga se muestra especialmente preocupada por «la llegada de las serpientes a los illots, donde hay sargantanes endémicas y anidan aves pelágicas. Hasta allí llegan nadando perfectamente. Hay que recordar que los islotes son auténticos laboratorios evolutivos con especies muy sensibles. La llegada de otras especies puede acarrear desastres ecológicos, en algunos casos irreversibles. De ahí que se debe continuar e intensificar las actuaciones de control de estas especies por parte de la Administración».