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Cuando el Grup d’Ornitologia Balear i Defensa de la Naturalesa (GOB) fue creado, en 1973, pocos imaginaban, dentro y fuera de la organización, el peso social y medioambiental que iba a tener en la realidad de Baleares, hasta el punto de condicionar y frenar en parte el rumbo desarrollista de las décadas posteriores.

El GOB se inició (no hay que olvidar que en esa época, aunque en sus años finales, Franco seguía vivo) como un grupo de amantes de la naturaleza, sobre todo de las aves. Con el tiempo, aquellos entusiastas se dieron cuenta de que para preservar las aves también era necesario cuidar su entorno. Eran los años del boom turístico y se hacía necesaria una respuesta para evitar que el deslumbramiento por el negocio fácil y rápido pudiese poner en peligro valores naturales únicos.

Ese grupo de fundadores del GOB, además de pioneros, fueron visionarios. El desarrollismo no entendía de valores naturales. Para los impulsores de ese desarrollismo, una playa virgen o un entorno natural privilegiado eran únicamente un escenario donde ganar dinero: poner cemento para, acto seguido, instalar una caja registradora. No había otras consideraciones. El GOB fue capaz de ver que, además de defender la naturaleza, con la lucha que iniciaban se podía evitar que Baleares se convirtiera en un continuo de línea de costa construida, sin ninguna personalidad, sin ningún elemento diferenciador respecto a cualquier otro destino masificado y, por tanto, sin ningún interés especial.

Desde entonces, y a lo largo de medio siglo, el GOB ha jugado un papel fundamental en la defensa de espacios naturales amenazados y que, afortunadamente, hoy están protegidos: s’Albufera, Cabrera, Mondragó, sa Dragonera, sa Canova d’Artà, la Punta de n’Amer, la Serra de Tramuntana o Son Bosc (Muro). También ha emprendido batallas jurídicas contra urbanizaciones ilegales como ses Covetes (Campos), Llucalcari (Deià) o Cala Llamp (Andratx) e incontables campañas de presión pública y política en los diferentes ámbitos de defensa ambiental.

Pero el GOB no es sólo manifestaciones, campañas, presiones y pleitos por la defensa de la naturaleza. Paralelamente, ha impulsado líneas de estudio científico, actuaciones de conservación aplicada y, muy importante, de educación ambiental. La concienciación es fundamental para asegurar en el futuro la conservación del patrimonio natural.

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Con el reconocimiento del Premio Nacional de Medio Ambiente (1997) y la Medalla d’Or de les Illes Balears (2002), el GOB cuenta con un equipo de trabajadores encargados de ejecutar la programación aprobada por la asamblea y cumplir las decisiones más concretas de la junta directiva. Los cargos de la junta son voluntarios y no están remunerados. Sin embargo, los voluntarios siempre han sido un pilar fundamental en la actividad de la entidad. Se calcula que son cerca de 500 las personas que colaboran, en mayor o menor medida, en las diversas actuaciones del GOB en ornitología, educación ambiental, la Trapa (finca de Andratx de su propiedad), campañas, información o labores de oficina.

En cuanto a su financiación, el GOB apuesta por la diversificación para asegurar su máxima independencia y sostenibilidad. Los socios son la principal aportación económica y cada año se realiza una auditoría de cuentas. Con datos de 2020, las cuotas de los socios fueron la principal fuente de ingresos, con el 46,2 %. A esta aportación le siguieron los patrocinios (colaboraciones con empresas), con el 16,6 %; las subvenciones (convocatorias públicas), el 13,7 %; los contratos (servicios a las administraciones), el 11,2 %; y los donativos, el 5,9 %. También hay un margen para ventas y actividades.

Así, los principales objetivos del GOB son la conservación de los espacios naturales y de las especies de flora y fauna, especialmente de todo aquel patrimonio natural emblemático o amenazados; la preservación del territorio, el paisaje y los recursos naturales como eje de un desarrollo económico sostenible para el futuro de Balears; y la sensibilización y la educación ambiental de la sociedad sobre los valores naturales de las Islas y su fragilidad.

A partir de aquí, es reconocible un cambio en las estrategias a partir de la transformación de la propia realidad. En las décadas del desarrollismo, las campañas del GOB, tal como se ha dicho alguna vez, tenían nombre y apellidos. Es decir, se trataba de defender un espacio natural de una amenaza urbanizadora. Ahora, con la emergencia climática, todo es mucho más transversal y ya no se trata tanto de salvar un espacio natural concreto (aunque nunca se puede bajar la guardia), sino de defender políticas de mitigación del cambio climático y de impulso a la sostenibilidad. Así, se reivindican actuaciones referidas a conservación, energía, transporte, movilidad, urbanismo, turismo, residuos o economía circular, pero ya no de manera individual o aislada, sino interrelacionadas entre sí.

El GOB celebrará el próximo martes en el Teatre Principal la fiesta de su 50 aniversario. Con la noticia del reciente fallecimiento de uno de sus fundadores, Jesús Jurado, es de esperar que diversas generaciones de socios, trabajadores, voluntarios y simpatizantes acudirán a celebrar que el GOB -que ya no es la única, pero sigue siendo la entidad ecologista de referencia en Balears- continúa su labor como portavoz y movilizador de la sociedad civil de las Islas en una labor de urgente necesidad: la conservación de los valores naturales de nuestra comunidad.

El apunte

La Trapa: excursiones, ciencia, investigación, educación ambiental y conservación

La Trapa es una finca de montaña de 81 hectáreas situada en el municipio de Andratx, frente a sa Dragonera. Fue adquirida en 1980 por el GOB gracias al apoyo popular, institucional y de entidades con el objetivo de preservarla y conservar sus valores, amenazados por un proyecto de parcelación y urbanización. Actualmente, de la mano del GOB, y gracias a la colaboración de numerosos voluntarios, que colaboran en las tareas de gestión y conservación, la Trapa se ha consolidado como una gran herramienta para promover el excursionismo, la investigación científica, la educación ambiental y la conservación de la naturaleza.