Imagen de promoción del documental que analiza cómo la revista ‘Zero’ se convirtió en un referente LGTBI.

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El mallorquín Joan Miquel Perpinyà aparece en pantalla lavándose la cara, un gesto de naturalidad, de transparencia, con el que empieza el segundo episodio del documental sobre la revista Zero, todo una biblia para el colectivo LGTBI que editó hasta 120 números entre los años 1998 y 2009, cuya historia se recuerda ahora en Movistar+. Fue «la revista que sacó del armario a un país», tal y como reza su introducción. Creció en un contexto político de mayoría absoluta del Gobierno del PP de José María Aznar, «o sea, heavy», recuerda Perpinyà que en el documental reconoce que, por entonces, «era una situación problemática salir del armario y estar en la Guardia Civil».

En aquella época la normativa de este cuerpo de seguridad prohibía la convivencia de parejas del mismo sexo en las casas cuartel. Sin embargo, tocó a la puerta de la Asociación Unificada de la Guardia Civil, un efectivo que por motivos económicos necesitaba vivir allí con su pareja. «Acudí a la delegada del Gobierno que por entonces era Catalina Cirer y habló con el director de la Guardia Civil, Santiago López Valdivielso, que dijo que lo arreglaría inmediatamente», relata Perpinyà que intermedió en el proceso.

El también columnista de Ultima Hora recuerda la importancia de este periódico en la estrategia: «Sacaron la información en portada y el caso mallorquín en seguida saltó a los medios nacionales», explica. El comunicado del cuerpo militar llegó a los pocos días aunque «al Gobierno de Aznar, con mucha gente vinculada al Opus, no le cayó bien, pusieron el grito en el cielo», añade. La revista Interviú publicó una entrevista con la pareja de guardias civiles, «con caras pixeladas», a su juicio, «lo peor que se podía hacer cuando veníamos de una victoria».

Esta concatenación de hechos le llevaron a protagonizar la portada del número 46 (corría el año 2002) de Zero, en un ejercicio «brutal» de visibilidad. «Al principio dije que no pero le di vueltas y, otros habían dado el paso y se te acaban las excusas para negarte. Era el buque insignia del colectivo», recuerda. La repercusión fue «enorme», tal y como cuenta en el documental, «perdí la noción de que eso lo iba a leer media España, mis jefes...». Justo antes de dar ese paso, reconoce que pensaba «quítate esto de la cabeza, pero no puede sacarse de la cabeza ser gay».