El grupo de taxistas que ha protestado este jueves en el aeropuerto de Palma. | M. À. Cañellas

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Un colectivo de taxistas, a título personal y sin el apoyo de las patronales, ha realizado este jueves por la mañana un acto de protesta en la zona de llegadas del aeropuerto de Palma para mostrar su disconformidad por la presencia de taxistas piratas y el impacto que ello provoca a nivel de imagen y de competencia desleal.

La portavoz de los taxistas Laura Moya ha señalado: «Somos un grupo de taxistas que estamos hartos de lo que está pasando en el aeropuerto, por lo que hemos querido poner de manifiesto nuestra disconformidad y mostrar, al mismo tiempo, a las administraciones que tienen que tomar medidas. Es cierto que se había convocado a los compañeros, pero al final lo hemos dejado en un acto testimonial ante la presencia de los medios de comunicación».

Los taxistas afirman que el Govern, Cort y AENA «tienen que tomar medidas de forma urgente, porque en caso contrario nos veremos obligados a convocar parones, como así hicimos el pasado año».

La amenaza de paralizar servicios y colapsar la zona de llegadas no se llevo a cabo, principalmente porque todo el colectivo del transporte está convocado el próximo martes a la Comisión de Intrusismo y Pirateria de la Conselleria de Mobilitat, en la que participarán AENA, taxistas, transporte regular, transporte discrecional, VTCs, microbuses y resto de transporte público que opera en el aeropuerto de Palma.

Moya, en representación del colectivo de taxistas indignados, indicó que los taxistas piratas «duplican y triplican los precios de los servicios, ya que cobran por pasajero y esto hace que un viaje del aeropuerto a la Platja de Palma supere los 90 euros, cuando este servicio no alcanza los 20 euros».

Estos precios desorbitados es lo que, en opinión de los taxistas, «genera mala imagen, al margen de que los taxis piratas no tienen taxímetros ni ninguna medida de seguridad». Añaden que los piratas «suelen captar a grupos de turistas entre cuatro y ocho personas de una forma avasalladora, ya que se les acercan de forma directa y les ofrecen los servicios ante la presencia de otro colectivo de transporte legal que no puede hacer nada».