Funcionarios ante un ordenador en una imagen de archivo. | JAVIER COLL

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Una nueva oleada de fallos informáticos ha provocado por el momento dos quejas formales de la Sala de Gobierno del TSJIB ante el Ministerio de Justicia, alentados por las protestas reiteradas de jueces y funcionarios que se encuentran con problemas habituales en las aplicaciones por las que ahora pasa absolutamente todo el trabajo. Los fallos son calificados como «masivos» en la protesta ante su reiteración en los últimos meses sin que haya ningún cambio en las aplicaciones que los justifique en apariencia.

La respuesta del la Dirección General de Transformación Digital ha sido, de momento, reclamar más información sobre los fallos. La respuesta de la Sala de Gobierno advierte de que se han producido «caídas o lentitud en el sistema que impiden o dificultan al trabajo diario» al menos doce días en lo que va de año: cinco jornadas en enero, otras tantas en febrero y dos en marzo. Sin embargo, es solo un ejemplo dadas las «múltiples llamadas» que hacen los usuarios (funcionarios) al sistema de asistencia a distancia, que se maneja desde Madrid.

La crítica se extiende al funcionamiento de este servicio de atención: «Llamadas que en ocasiones no se atienden adecuadamente, dando por concluidas las incidencias que todavía no están resueltas, lo que genera malestar entre los usuarios».

Otra de las peticiones que se remiten al Ministerio es que las actualizaciones de las aplicaciones se hagan en horario nocturno y no en torno a las tres y media de la tarde. Esto provoca que, cuando se produce el parón este se encuentre con el juzgado de guardia en plena actividad, dado que a primera hora de la tarde es cuando suelen pasar a disposición judicial los detenidos policiales del día y el trámite se ralentiza durante horas.

Expediente digital

Las deficiencias en el funcionamiento de los sistemas informáticos de los juzgados han sido una constante desde la implantación del expediente digital. Desde hace unos años todas las gestiones se realizan a través de distintas aplicaciones así que, cuando se produce un fallo es imposible hacerlo de otra manera. Las caídas del sistema se han recrudecido en los últimos meses. El sistema informático depende directamente del Ministerio, al no estar transferidas las competencias y está muy centralizado, de manera que muchas de las incidencias que se producen tienen que ser resueltas directamente desde Madrid, lo que complica la respuesta.