Procesión del Jueves Santo en Palma. | P. Pellicer

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La Junta Gestora de las Cofradías de Palma se reunirá en las próximas semanas con urgencia para estudiar un «recorrido alternativo» de cara al Jueves Santo de 2024 tras vivir este año una procesión más larga de lo habitual que finalizó poco antes de las cuatro de la madrugada. «El balance de la Semana Santa en Mallorca es muy positivo, exceptuando el Jueves Santo, que ha sido más complicado porque el recorrido no terminó de funcionar. Sufrimos varios parones de lo esperado y es por eso que la Junta Gestora estudiará un giro, pues posiblemente el formato tradicional ya ha quedado obsoleto», ha explicado esta mañana a Ultima Hora la miembro de la Asociación de Cofradías de Palma y presidenta de la cofradía Nuestro Padre Jesús del Buen Perdón y de Nuestra Señora de las Angustias, Marisa Pérez.

En concreto, tal como ha concretado, los parones más problemáticos comenzaron a mitad de la procesión: «Las primeras cofradías llegaron muy bien». El Cristo, sin embargo, entró a La Sang poco antes de las cuatro de la mañana. «Nuestra predicción era haber llegado una hora antes, como el año pasado». Desde las cofradías sostienen ya varias hipótesis que les ha hecho estudiar una alternativa a uno de los días más multitudinarios de la Semana Santa en Palma, como es el volumen de cofradías que hace años no se tenía (por lo que impide agilizar el ritmo en un tramo, en sí, complicado por Ciutat) y la cantidad de pasos a peso que requieren más parones para el descanso de los costaleros.

Balance

Mallorca ha vuelto a vivir una Semana Santa muy sentida, llena de fe y devoción, que ha aglutinado a casi 5.000 cofrades y 33 cofradías de la ciudad. El balance ha sido «muy positivo en general», ha informado Marisa Pérez, desde las procesiones penitenciarias del Miércoles Santo, que congregó a miles de feligreses, hasta el Jueves Santo y el numeroso Viernes Santo, con un Sant Enterrament puntual y una emotiva llegada a la Iglesia del Socors, diez minutos antes de la una de la madrugada. «Lo que más se ha valorado este año es la fe y devoción. Por otra parte, me llamó la atención la cantidad de nazarenos que salieron descalzos por una promesa o penitencia», ha explicado Marisa Pérez.