Nils Lubbe, director DER Touristik-Mediterráneo, Hans Muller, José Luna y Antoni Homar, este miércoles, en el estand de Baleares. | R.V.

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La ITB de este año ha normalizado la actividad turística y empresarial en Alemania. Es la última feria que tiene lugar antes del inicio de la temporada turística y por lo visto estos días, el verano se presenta más movido que nunca por los vaivenes de la competencia, los costes energéticos, la inflación, la falta de mano de obra cualificada en nuestra primera industria en Balears y, ante todo, porque el incremento de la afluencia turística va a provocar, de nuevo, la fobia y la radicalización de las plataformas antiturísticas en Mallorca. Se van a vivir problemas de saturación en todos los servicios durante los meses punta del verano, léase julio, agosto y primera quincena de septiembre. Y a esto hay que añadir que el decreto ley aprobado este lunes por el Consell de Govern para paliar la falta de transporte público, principalmente taxis, en los municipios de Mallorca, se va a quedar en agua de borrajas. Muy pocos ayuntamientos van a arbitrar las medidas temporales de nuevas licencias de taxis antes de las elecciones.

El decreto es un arma de doble filo con consecuencias impredecibles. No todos los partidos políticos apoyan el decreto, de ahí que durante la campaña electoral autonómica y municipal del próximo mes se hablará de saturación, regulación turística, control en los puertos de los cruceros y pérdida de calidad de vida de los residentes durante todo el verano. Los hoteleros presentes en Berlín vislumbran una buena temporada, pero muy conflictiva por estas cuestiones y, sobre todo, por la falta de mano de obra cualificada. El Willkommen auf Mallorca puede convertirse en un boomerang para la Isla. En la ITB se ha apreciado cierta preocupación hotelera por el aumento previsto de turistas alemanes, ya que muchos de ellos han apostado ya por españoles, italianos, franceses y resto de mercados alternativos, pensando que la reactivación del primer mercado emisor iba a ser más lenta. Las palabras del conseller de Turisme i Treball, Iago Negueruela, confirmaron este miércoles la reactivación global de todos los mercados y que el Govern que preside Francina Armengol intenta, por todos los medios, regular flujos turísticos, caso de los cruceros, y lanzar el mensaje a los mercados emisores que hoteleros y el resto de operadores turísticos apuestan por la sostenibilidad.

Los destinos competidores están en otra liga, ya que su conectividad aérea no tiene nada que ver con la que haya en Mallorca y resto de islas. En la ITB se ha visto de todo, como el apoyo de Messe Berlín a la causa ucraniana permitiendo disponer de un pequeño, pero muy visitado, estand muy reivindicativo. Las muestras de apoyo han sido generalizadas y unánimes por parte de los visitantes a la feria. Y a parte de esta unanimidad de apoyo a Ucrania, hay otra mucho más sangrante, como es el impacto negativo que ha causado toda la infraestructura logística del aeropuerto berlinés de Brandeburg-Willy Brandt (BER). Ha tardado más de 15 años en estar operativo y desde el primer día ha creado problemas a todos los pasajeros por su diseño y ser muy complicado, por ser suaves, para poderlo transitar sin perderse.

El conseller Negueruela fue este miércoles contundente y explicativo: «Hay que romper una lanza por cómo funcionan los aeropuertos de Baleares, mucho mejor que los destinos competidores». No mencionó a ningún aeropuerto en particular, pero lanzó este mensaje para poner en valor el trabajo de AENA y de Enaire en Son Sant Joan, Eivissa y Maó. Los touroperadores y aerolíneas europeas están en la misma sintonía con las palabras del conseller. No es de recibo esperar más de un hora para recoger las maletas y que nadie diga nada. El nuevo aeropuerto berlínes ya provocó en su día la dimisión del alcalde de la capital, Klaus Wowereit, en 2014 por los retrasos en las obras, pero cada verano venía de vacaciones a la Isla.