De izquierda a derecha: María Navas, gerente de Transportes Barceló; Francina Armengol, presidenta del Govern; Silvia Contreras, una de las portavoces de Kellys Unión Balear; Janka jurkiewicz, inspectora jefe del distrito Oeste de Palma; Maria Antònia Jaume, médica de familia; Mar Baleta, ingeniera de caminos; Lydia Blanco, abogada y experta en cuestiones de familia; y Catalina Cladera, presidenta del Consell de Mallorca, posan en la plaça 8 de març, en Palma. | Pilar Pellicer

TW
51

Si de algo se habla cada 8-M, Día Internacional de la Mujer, es que estamos mejor, pero todavía falta más lucha para conseguir la igualdad y erradicación las violencias. En el aspecto laboral, estas reivindicaciones siguen vigentes. Asumir según qué lenguajes –«niña, cariño o reina»–, la forma de vestir, el paternalismo o la desconfianza por ser una mujer son algunos de los roles todavía patentes en el entorno de trabajo y que autoridades como la presidenta del Govern y la presidenta del Consell de Mallorca, una inspectora jefe, una médica, una limpiadora, una ingeniera, una abogada, una transportista o una empresaria han vivido en su propia piel.

Para este 8 de marzo, estas ocho protagonistas se arman de valor y narran sus miedos y dificultades, pero también sus éxitos. Porque, a pesar de las adversidades, este miércoles reivindican su esfuerzo para que sirva de ejemplo. «A la Francina Armengol de hace 25 años le hubiese dicho que es importante estar empoderada y luchar por los sueños. Porque se cumplen y yo soy un ejemplo para muchas jóvenes. Y que no renuncie a nada», comparte la presidenta del Govern. Armengol es consciente de que se ha avanzado gracias a la herencia de los movimientos feministas pero «quedan todavía cosas por reivindicar». Asumió el cargo, hace ya ocho años, pensando en sus referentes. Ella ha sido la primera presidenta del Govern balear y, «aunque he tenido dificultades, porque a una mujer se le exige más, me siento afortunada de que se hayan cambiado muchas cosas».

Lenguaje

«Las médicas somos las más agredidas y yo creo que es por una cuestión de género. En el lenguaje mismo se ve: reina, cariño, nina ... son palabras que me han dicho y que no se utilizan con los médicos». Lo cuenta Maria Antònia Jaume, médica de familia desde hace más de 30 años y la actual coordinadora del Centro de Salud Arquitecte Bennàssar, en Palma. A pesar de ello, se siente «afortunada» por todo lo que ha conseguido y por los compañeros que le han acompañado. «No he tenido excesivos problemas por ser mujer, he podido desarrollar mi trabajo como he querido».

Lydia Blanco es abogada y experta en cuestiones de familia. Algunas de las dificultades con las que se ha topado en estos años son el lenguaje, los roles y el paternalismo. En consonancia con la doctora Jaume, recuerda que «cuando era becaria en un despacho de abogados, el letrado al que acompañaba al juzgado me presentaba como ‘mi nueva niña’, no como una estudiante en prácticas». Blanco asume el sexismo que sigue presente en su gremio, que dependiendo de la especialidad habrá más abogadas que abogados y viceversa, pero ante todo visibiliza que hay incremento de abogadas colegiadas y un alto número de mujeres opositando a cargos jurídicos.

María Navas habla desde una voz peculiar: la de ser una de las primeras mujeres conductoras de camiones y a su vez gerente de la empresa de transportes Barceló 2010. Hace 30 años que abrió con su marido este negocio marcado, per se, por la masculinidad. «Lo más difícil ha sido lidiar con los hombres porque hay puro machismo. Es duro y me ha costado mucho por ser mujer y además jefa».

Noticias relacionadas

María empezó descargando mercancías. Así, hasta conseguir, a día de hoy, una plantilla de 120 trabajadores. 119 hombres y una mujer transportista. «El 8-M es un día para hacer hincapié en erradicar las violencias y el machismo, en no consentir que un hombre pegue, insulte o discrimine».

Evolución

El ejemplo de constancia lo sabe bien Janka Jurkiewicz, inspectora jefe del distrito Oeste de Palma, una referencia para la Policía Nacional y para las policías mujeres. Asume con orgullo la evolución que ha tenido el Cuerpo Nacional. Entró en el 1993 cuando la mujer representaba solo 1,9 %. A día 31 de diciembre de 2022, hay un 16,9 % de policías féminas.

«Cuando entré por primera vez, había cosas que en ese momento normalizábamos pero que ahora no pasarían, como cierto paternalismo por parte de los compañeros; o comentarios como no querer patrullar con una compañera por ser mujer. Desde 2018, el Cuerpo Nacional trabaja desde la Oficina de Igualdad en fomentar la equidad», asegura Janka, y recuerda: «Lo más importante es que una se levante y siga luchando. La vida tiene momentos buenos y malos, y de éstos últimos se aprende».

En el caso de Mar Baleta, ingeniera de Caminos, Canales y Puertos, asume que su profesión ha evolucionado con creces en estos 40 años. «Seguimos siendo pocas», dice, «pero si en 1985 solo había un 1 % de ingenieras, hoy representamos el 16 %». En su trayectoria profesional, Mar se ha sentido siempre respaldada: «No he tenido obstáculos por ser mujer». Pero tiene claro que, como responsable de operaciones de una empresa de transportes, «me gusta que en mi equipo tenga presencia femenina. Hay voluntad, por parte de mi sector, de incorporar a ingenieras siempre que se puede».

Existe un sector que, si de algo sabe, es de luchar por sus derechos. Silvia Contreras es una de las portavoces de Kellys Unión Balear, y aunque es consciente de estos últimos ocho años en los que han conseguido un convenio con grandes mejoras, «todavía hay que avanzar». Silvia lleva casi 35 años limpiando habitaciones de hoteles. Una profesión que, lamenta, «sigue desapercibida», sobre todo porque las enfermedades que acarrean, la sobrecarga o el acoso laboral no están reconocidos al 100 %.

La presidenta del Consell de Mallorca, Catalina Cladera, habla con ojos de política, pero también de madre: «Tengo una hija de 18 años, que le gusta esta profesión, y le digo que sea valiente». Como autoridad balear, recuerda que su voz debe de ser un referente y dar ejemplo. Cree que queda camino en política para mejorar la brecha salarial y otras desigualdades, pero para este 8-M remarca que «las mujeres somos capaces de liderar y transformar el mundo. Lo hemos demostrado aunque existen determinados ambientes en los que, todavía, sea difícil ser mujer».