El foro abordó los retos que asumen las empresas en el tránsito hacia la sostenibilidad y las posibilidades de inversión que ello implica. De izqda. a dcha., Antoni Riera, Sophie del Campo, Alberto Matellán y Paula Serra. | Youtube Ultima Hora

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La incertidumbre que envuelve la economía global y la necesidad de reconfigurar los parámetros de la misma en base a un futuro más sostenible fueron los hilos conductores del debate en el Foro Económico de Mapfre Gestión Patrimonial (MGP) celebrado en la Sala Aljub de Es Baluard con la colaboración de Ultima Hora. Un encuentro que reunió a destacadas voces del mundo empresarial, económico y político.

Mari Carmen Sales, directora territorial de Mapfre Baleares fue la encargada de abrir una jornada que arrancó con la mesa redonda titulada La economía global y su repercusión en la economía balear. Moderada por Tamara Tejeda, directora de la oficina de MGP Baleares, el debate contó con la participación del director general de Inversiones de Mapfre, José Luis Jiménez; la CEO del Grupo Sampol, Carmen Sampol; y el vicepresidente de Camper y presidente de APD Baleares, Llorenç Fluxà.

«Siempre hay motivos para estar preocupado, pero en el mundo de las inversiones uno lo que tiene que estar es ocupado: aquel que no haga nada va a ver que su dinero va a perder valor», señaló Jiménez para explicar que en el escenario actual se hace más necesario buscar inversiones de mínimo riesgo para proteger el patrimonio y no perder más poder adquisitivo con la inflación.

Jiménez ve, no obstante, motivos para ir apartándose de posiciones pesimistas. «Me atrevería a decir que el mercado vive una situación bastante optimista», señaló para destacar que las previsiones del mismo apuntan a una rebaja de los tipos de interés después del verano. La gradual apertura de China, que ha retomado las exportaciones, es, a su juicio, un indicativo claro. Ese y otros factores «es lo que ha llevado a las bolsas a tener crecimientos importantes desde octubre». Con todo, alertó de que «debemos estar preparados para todo porque hay una máxima que dice que nunca pasa aquello que se predice». Además, advirtió, «la mayoría de las economías europeas están tremendamente endeudadas: estamos saliendo de la crisis a base de hipotecar el futuro de nuestros hijos».

Jiménez hizo referencia a los periodos de innovación que históricamente tienen lugar «tras periodos convulsos». En ese sentido, Sampol reconoció que la inflación ha tenido un impacto muy importante en el sector industrial y que eso les ha obligado a explorar nuevas fórmulas con las que capear el temporal. «Fue un palo muy fuerte y tuvimos que reinventarnos e intentar minimizar el daño, ingeniar soluciones energéticas que abarataran la factura de los clientes y les ayudaran a controlar los gastos».

Los participantes debatieron economía global, economía circular e inversiones sostenibles.
La primera mesa redonda celebrada en el Foro Económico.

Un proceso similar al que se ha vivido en Camper, señaló Fluxà, quien remarcó que la obsesión de la firma fue que ninguno de los obligados reajustes pusiera en riesgo los estándares de calidad. La única vía para ello, aseveró, ha sido repercutir los costes en el precio final y la marca incluso cerró 2022 con números superiores a 2019.

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Fluxà explicó además que no solo el encarecimiento energético ha sido un frente con el que lidiar; también el de los transportes -los contenedores traídos a Europa han triplicado sus precios- o el de la propia mano de obra. «Llevábamos 20 años moviendo la producción a distintas partes del mundo y a medida que un país iba mejorando la calidad de vida y el nivel de bienestar los costes salariales iban subiendo. Ahora, con el problema de la mano de obra china, se está deslocalizando la producción a otros países asiáticos como Tailandia o Vietnam».

Las inversiones basadas en criterios de sostenibilidad ambiental, sostenibilidad social y buen gobierno (ESG) se abren camino gracias a las innovaciones empresariales, la regulación en Europa y los cambios en los hábitos de consumo, aunque tienen retos importantes como la verificación de la información empresarial o la medición de los aspectos sociales.

Esta fue una de las ideas que lanzaron los ponentes en la segunda mesa redonda, La economía circular y las inversiones sostenibles, en la que participaron Alberto Matellán, economista jefe de Mapfre Inversión; Sophie del Campo, directora general de Natixis IM Distribution-Europa del Sur y Latam, empresa especializada en soluciones de inversión sostenible, y Antoni Riera, director técnico de la Fundación Impulsa Balears y catedrático de Economía Aplicada de la UIB. La mesa estuvo moderada por Paula Serra, directora general de Medios Audiovisuales del Grup Serra y editora de El Económico.

Los expertos reconocieron que 2022 fue un año malo para las bolsas y especialmente para la inversión sostenible, debido principalmente a la guerra de Ucrania, pero señalaron que es un accidente en el trayecto y que la tendencia hacia la sostenibilidad es imparable. «Los clientes quieren que luchemos por el bien común y que les demos una buena inversión», indicó Matellán, quien insistió en que los productos temáticos, como el fondo de inclusión de personas con discapacidad, «unen la oportunidad de negocio y el impacto social».

«Después del COVID hay apetito de invertir en empresas con sello social, que está en fase de creación, pero los criterios de buen gobierno ya incluyen una parte social. Por ejemplo, sabemos que las empresas que tienen diversidad entre hombres y mujeres a nivel directivo mejoran su desempeño un 30%», indicó Del Campo. «La sostenibilidad es una palanca de la competitividad, no son rivales. La economía permite crear nuevas formas de crear riqueza, desdibujar fronteras, afrontar tensiones de suministros y crear valor reputacional», señaló Riera.

Finalmente, como oportunidades de inversión destacaron la renta variable y mecionaron los sectores del agua, el mar, el sector agrícola, la seguridad y la industria de semiconductores, aunque lo más importante es cuidar la diversificación y tener un buen asesoramiento.

José Hila, alcalde de Palma, clausuró el evento con palabras de esperanza en torno a la sostenibilidad. «Las ciudades debemos invertir en sostenibilidad para ser atractivas como destino turístico, de inversión y para vivir. Debemos mejorar las infraestructuras hídricas para adaptarnos al cambio climático y necesitamos crear zonas de sombra. Tan simple y tan difícil», indicó el primer edil.
«Hay que vivir la sostenibilidad como algo positivo. Necesitamos empresas que nos acompañen para hacer estas inversiones para mejorar la vida de las personas. Por tanto, animo a todas las empresas e inversores a que sigan esta línea y a que cuenten con Palma», concluyó.