El diputado de Cs Marc Pérez-Ribas interviene en el pleno del Parlament. | Pere Bota

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Los diputados vuelven a quedarse con el sueldo congelado por segundo año consecutivo. La falta de unanimidad en la Mesa de la Cámara, el órgano que decide los cambios en las asignaciones de los parlamentarios, deja a los diputados sin la subida salarial. La propuesta era incrementar los sueldos en el mismo porcentaje que sí se han subido los miembros del Govern, un 2,5 % ampliable un 1 % más en función de una serie de circunstancias, como la evolución de la inflación. En el caso de los diputados, no habrá subida porque PP y Cs se niegan y en la Mesa no quieren aprobar una medida de esta naturaleza si no es por unanimidad.

Los partidos de la oposición con presencia en la Mesa sostienen que no toca aprobar una subida en un momento de incertidumbre ciudadana como el actual, con los precios disparados y subidas de sueldos limitadas. El resultado es que los diputados se quedarán con la misma tabla salarial del año 2021: el presidente cobrará un sueldo bruto de 72.194,64 y los vicepresidentes, secretarios de la Mesa y portavoces de los grupos parlamentarios cobran 67.532,22. La asignación para los portavoces suplentes es de 63.985; los portavoces en comisión cobran 62.676,04 y los diputados rasos, 58.020,76 euros brutos.

Los parlamentarios que no tienen dedicación exclusiva cobran una dotación variable al año en función de su cargo, que se mueve entre los 33.675,16 euros brutos al año si se ocupa algún cargo en una comisión y los 23.735.71 euros brutos si se es diputado sin cargo. Por ejemplo, esa es la asignación anual que recibe Francina Armengol como diputada sin cargo en el Parlament y que se suma a su sueldo de 70.466 euros brutos que percibe como presidenta del Govern. Armengol es la única miembro del Ejecutivo que además es diputada. El Estatut marca que solo se puede ser presidente si se es diputado del Parlament.

La congelación de salarios en el Cámara balear afecta también al personal de confianza y a los asesores de los grupos parlamentarios, que en la mayoría de los casos cobran un sueldo de Parlament cuando en realidad trabajan para los diferentes partidos políticos. Además del pago del sueldo a los diputados, el Parlament gasta unos 300.000 euros al año en el pago de las dietas y de los viajes de los parlamentarios que viven fuera de Palma. Los diputados de Menorca, Eivissa y Formentera cobran una dieta por cada noche que duermen en la capital, así como los viajes que hacen desde las Islas menores a Mallorca. Hasta esta legislatura no se hacía público cuánto ganaba en dietas cada diputado.