Misericordia Sugrañes, con el senador Cristóbal Marqués y el alcalde de Alaior, José Luis Benejam, en la sede del partido. | Archivo

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El malestar de una parte importante de las juntas locales del PP en Menorca con la dirección del partido está alterando el devenir de los preparativos de su campaña electoral, hasta el punto que algunas fuentes cuestionan seriamente que su presidenta, Misericordia Sugrañes, vaya a aspirar a ser el número uno de la lista al Consell a tenor del difícil clima interno. Esto supondría revertir algo que se daba ya por hecho, incluso algunas primeras acciones de precampaña difundidas por los populares en las últimas semanas llevaban su nombre. Esta incógnita se podría desvelar este martes, en una junta insular que se presume movida y que se celebra un día más tarde de la convocatoria inicial.

En el PP se instaló la ley del silencio después de una reunión celebrada el domingo por la tarde, con asistencia de los presidentes de las juntas locales, el secretario general Cristóbal Marqués y Sugrañes. Ayer había consigna de no hacer declaraciones. Todo indica que a lo largo de la semana pasada se fue gestando la puesta en común de un malestar que hasta ahora solo era conocido en Ciutadella, donde se optó por la candidatura de Juana Mari Pons en contra de las pretensiones de la dirección insular, que se inclinaba más por Berto Coll.

Este malestar sería más extenso, abarcando a las juntas locales de otros municipios como podría ser Es Mercadal y alguno del levante insular. Donde el PP ostenta la alcaldía es donde hay más calma. El martes estas discrepancias con la dirección insular se pusieron de manifiesto en una conversación entre los presidentes de las juntas locales, auspiciada desde Ciutadella. Y se elevaron a los mandatarios superiores.

Con este panorama se convoca la reunión del domingo (de forma abrupta según unos, con absoluta previsión y normalidad a decir de la Presidencia), previa al Comité de Dirección del PP balear de ayer por la mañana y a la junta insular que debía celebrarse por la tarde en Ferreries, y que el mismo domingo se aplazó.

Sugrañes relativiza las críticas internas

La propia Misericordia Sugrañes atribuía el cambio a cuestiones de horarios, porque el Comité en Palma se antojaba largo. Sugrañes niega cualquier tipo de crisis, asegura que las discrepancias son algo normal dentro de un partido a las puertas de las elecciones y que las diferencias con algunas juntas locales, como Ciutadella, han quedado atrás una vez confirmadas las candidaturas en cada una de ellas «por unanimidad». Para la presidenta, ni se abordaron en el encuentro dominical. Solo se habló de la campaña, afirma. Otras fuentes del partido, debidamente coordinadas, también atribuyen estos enfados y disenciones a la normalidad.

Pese a ello, el malestar es reconocido por varias fuentes de dentro del partido, más allá de la diferencia ya conocida de Ciutadella. Tal sería, explica alguno, la resistencia hallada por Sugrañes en sus bases que se estaría cuestionando su candidatura al Consell, hasta el punto que ella misma podría reconsiderarla y dar a conocer su renuncia en la junta insular convocada ayer mismo para hoy martes. Nadie lo confirma. Sugrañes apela a que la elección del número uno del Consell debe someterse a la democracia interna preceptiva.