Parte del tráfico del VAO se ha trasladado ahora al Molinar y el Coll d'en Rebassa. | miquel a. canellas

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Tres semanas después de la entrada en funcionamiento del carril Bus-Vao en la autopista de Llucmajor (entre Palma y el aeropuerto), parte de los conductores buscan itinerarios alternativos en hora punta para evitar el tramo. Las previsiones de la Conselleria de Mobilitat (incluidas en el documento que presentó hace un año al Ministerio de Transportes para obtener los permisos de la Vía de Acceso Preferente) estimaban que un 30% de los conductores que evitan el VAO (unos 500 vehículos en hora punta) eligen desviarse por vías de entornos residenciales como las calles Cardenal Rossell y y Llucmajor de El Coll d’en Rebassa y El Molinar. La mayoría de esos coches son de habitantes de estas barriadas que antes cogían la autopista para desplazarse a Palma y ahora prefieren acceder por el entramado de calles para evitar las puntas de saturación en la Ma-19.

Aunque a primera vista todo parece indicar que aquellas previsiones se están cumpliendo, Mobilitat espera a principios de año para valorar los datos que ahora está tomando en tiempo real con contadores de vehículos. Sus mediciones, junto con las variaciones en el número de usuarios del transporte público permitirán confirmar si aquella primera predicción acertó y adoptar las medidas oportunas. El estudio previo a la implantación del VAO planteaba desincentivar los itinerarios alternativos urbanos mediante la sincronización de semáforos para hacerlos menos atractivos. Según el estudio el incremento del tráfico en estas barriadas en hora punta podría ser de un 66 %, pero concluía que esta cifra no supone grandes variaciones en los índices de saturación que ya se daban en hora punta.

Elisabet Ferrer, en la parada del bus para ir a Sant Joan de Déu.

Cabe recordar que el objetivo de la Vía de Alta Ocupación (VAO) es desincentivar el uso del coche para las personas que viajan solas. Los coches con más de un ocupante, taxis y autobuses pueden seguir circulando por el carril VAO mientras que los vehículos con un solo ocupante deben usar los dos carriles restantes.

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Elisabet Ferrer es usuaria habitual del autobús 35 de la EMT que coge en la Plaça d’Espanya para desplazarse hasta el Hospital Sant Joan de Dèu. «Es posible que haya un poco más de tráfico, los domingos el autobús suele tardar más, pero es algo que ya ocurría antes, no creo que sea tanto por el VAO», dice.

Magin Binimelis, reside en la sona de la Gruta desde hace veinte años.Magin Binimelis vive en la zona de la Gruta (El Molinar) desde hace veinte años. «Por aquí no hay nada de atascos y yo no he cambiado mis hábitos, antes del VAO ya iba normalmente por dentro del barrio hacia el Portitxol», explica. Bonifacio Tapetado vive en el Coll d’en Rebassa desde hace aproximadamente un año, en el límite con Ciudad Jardín: «En hora punta sí que hay atascos pero ya había antes, la verdad es que no he visto mucho cambio. Los semáforos regulan bien el tráfico y en general no tenemos problemas para cruzar la calle. En hora punta sí hay que esperar a veces dos o tres minutos para cruzar», dice.

Bonifacio Tapetado, vecino del Coll d'en Rebassa.

Ni la EMT ni el TIB disponen aún de un recuento de usuarios del transporte público suficiente para evaluar los efectos del carril Bus-VAO. Comparten con Mobilitat la idea de que «aún es pronto para sacar conclusiones» y ponen la mirada en la temporada alta turística. Fuentes del Ajuntament de Palma explican que hasta ahora no han hecho cambios en la sincronización de semáforos en la zona del Coll y Ciudad Jardín. Creen que «el VAO lo que permitirá (sobre todo en temporada alta cuando hay más tráfico) es que los autobuses de la zona lleguen más puntuales que en otras temporadas. «El beneficio se verá sobre todo en temporada alta para las personas que utilicen transporte público», dicen las mismas fuentes.