Joana Cerdà, Andrés del Valle y Manel Aragonés coinciden que es necesaria la vocación para ser guía turístico. En la imagen, los tres posan en el bar de Hostelería del centro.    | Pere Bota

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El número de alumnos de Baleares matriculados en las familias de Hostelería, Agraria y Electricidad de Formación Profesional (FP) ha disminuido un 10 % este curso respecto del anterior por tres motivos: el pleno empleo, que la temporada turística haya sido la más larga de la historia en las Islas y que las empresas no pidan titulaciones a los trabajadores.

Así lo explica el director general de FP del Govern, Antoni Baos, que señala especialmente el último aspecto. «El sector reclama empleados, pero no exige titulaciones», lamenta, aunque valora positivamente que recientemente representantes de grandes cadenas hoteleras, como Iberostar y RIU, les hayan preguntado sobre cómo impulsar procesos de acreditación profesional. «Es un paso de gigante, porque pone en marcha todo el proceso», añade.

Pese a la bajada registrada este curso, Baos comenta que la situación global es «satisfactoria». Mientras que en 2015 había un 25 % de vacantes, teniendo en cuenta toda la oferta de FP en las Islas, este año se sitúa en un 16 %, a pesar de que desde entonces hay 4.600 plazas nuevas. Aun así, el objetivo es reducir al máximo este porcentaje.

En el Centre Integrat de Formació Professional Juníper Serra de Palma este curso no han registrado un descenso de matriculaciones, como sí ha pasado en el IES Puig de Sa Font (Son Servera) y en el IES Calvià, ubicados cerca de zonas turísticas. Sin embargo, su director, Manel Aragonés, destaca que en el grado de Guía, Información y Asistencia Turísticas sí que han detectado un bajón en las matriculaciones presenciales, pero lo considera «puntual». «La temporada se ha alargado y la gente prioriza el trabajo al estudio», afirma el docente. Andrés del Valle, de 27 años, estudia en el centro para ser guía turístico. «Las habilidades sociales para trabajar de esto no se conseguien con 19 años porque es difícil acumular bagaje cultural y saber enfrentarte a un grupo numeroso de turistas de edad más avanzada», reflexiona el joven.

Del Valle cree que la vocación es fundamental porque la pandemia afectó especialmente a los autónomos, y son pocos los guías que pueden trabajar para grandes empresas. Dice que ahora se llevan más los grupos reducidos que ofrezcan experiencias cercanas, lo que obliga a los guías autónomos a ser más creativos. «Las compañías no harán cambios bruscos porque suponen grandes inversiones y es arriesgado», afirma.

La jefa del departamento de Hostelería y Turismo, Joana Cerdà, destaca que    la personalidad del alumnado ha cambiado con los años porque ahora «les cuesta más la interacción con el público», dice, y lo vincula al impacto del uso de las tecnologías. También opina que cuando hay buenas temporadas turísticas, en todas las familias profesionales de FP bajan las matriculaciones porque «se como algo menos atractivo». El tutor Gabriel Pujol reitera que estas subidas y bajas son cíclicas y que este curso, por ejemplo, da clase a alumnos que vienen de Bachillerato.

El apunte

La pandemia provoca la huida del sector turístico

«Ha habido gente que tras la pandemia ha decidido salir del sector turístico» porque implica incerteza y largas jornadas de trabajo, según explica el tutor del departamento de Hostelería y Turismo del CIFP Juníper Serra, Tòfol Sastre. De hecho, esta misma afirmación es compartida por sus compañeros del centro.