La psicóloga María Esclapez, este jueves en Palma. | Pere Bota

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Con 40.000 ejemplares vendidos y hasta nueve ediciones, la psicóloga María Esclapez, especializada en sexología clínica y terapia de parejas, presentó este jueves en Palma su libro Me quiero, te quiero (Bruguera), una guía para relaciones sanas. En su obra expone vivencias de la autora y casos reales, así como un pormenorizado análisis de conversaciones de WhatshApp, un campo de minas donde también se desarrollan las relaciones.

En Instagram cuenta con 332.000 seguidores. ¿La pandemia ha avivado la necesidad de buscar referentes en la salud mental?
— Cuando empecé a estudiar psicología la gente me decía que no tendría salida profesional. En 2018 hubo un boom de divulgación de psicólogos en las redes. Con la pandemia se normalizó la salud mental y mucha gente entendió que no hay que sentirse estigmatizado por tener depresión, ansiedad o ser bipolar. La pandemia ha sido un trauma para todo el mundo.

¿Es necesario salir a las redes para hablar de psicología afectiva?
— Se habían normalizado comportamientos tóxicos. El trabajo en consulta es útil pero había que llegar a mucha gente para acabar con los mitos del amor romántico. Porque en realidad son relaciones fastidiadas, que disfrazan el abuso emocional, el comportamiento pasivo-agresivo o eso de ‘si tiene celos es porque te quiere’.

Es conocida por sus análisis de las relaciones de pareja de los concursantes de La Isla de las Tentaciones. ¿Son un mal ejemplo para los jóvenes?
— A estas parejas las veo muy perdidas en el amor y las relaciones sanas. Muestran a la sociedad relaciones supertóxicas en el manejo de los celos y la comunicación. Las relaciones sanas se trabajan cada día. El amor se demuestra no por estar ante una posible ‘tentación’ sino llevando el día a día de una casa, el trabajo o el cuidado de los hijos.

En su libro analiza casos prácticos de conversaciones de WhatsApp.
— Esa manía de fijarse si nuestra pareja está en línea o no me contesta al momento... Me di cuenta de que muchos abusos emocionales se daban por esta vía de comunicación. En las redes se repite el mismo patrón y generan inseguridad. Así que estudio qué mensajes hacen sentir mal. Y si no contesta al momento, es porque está ocupado y se entiende. Otra cosa es si no sabes nada de esa persona en tres semanas.

Se habla mucho del ghosting e incluso del caspering, cuando te dicen ‘nos tenemos que ver’ pero no se termina de concretar nada.
— El caspering es un sí pero no. Otra opción es que propongas tú para quedar. Si te vuelve a decir lo mismo y te da largas es que no está interesado. Es posible que esta persona te mantenga en el banquillo y eso genera mucha angustia. Tanto en este caso como en el ghosting hay un falta de responsabilidad afectiva.