La mitad de las ventas de viviendas son para compradores extranjeros. | Archivo

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Los tambores sobre la limitación de la venta de viviendas a no residentes está motivando la reestructuración de los planes a corto plazo de muchas promotoras inmobiliarias extranjeras de las Islas, mayoritariamente alemanas, que ya están sondeando mercados alternativos para trasladar su actividad. El Govern ha abierto esta semana una puerta a mantener «un debate profundo» acerca de una cuestión que primero Més y después el PI pusieron sobre la mesa y a la que no se le presume un recorrido precisamente corto, ya que implicaría profundas modificaciones de la normativa comunitaria europea. A pesar de eso, desde el sector inmobiliario se alerta de que el mensaje está alcanzando a los receptores internacionales bajo un prisma simplificado que se traduce en una profunda preocupación por el futuro inmediato que se presenta en el Archipiélago.

«Ha caído como una bomba nuclear», asegura el presidente de la Asociación Balear de Inmobiliarias Nacionales e Internacionales (ABINI) y director de Engel & Völkers en Mallorca, Hans Lenz. «En la prensa internacional se lee simplemente que Balears va a prohibir la venta de vivienda a extranjeros y eso está ahuyentando a todo el mundo. Muchos ya nos aseguran que van a acabar lo que tienen en marcha y se van a ir». Las operaciones de compraventa de viviendas a extranjeros en las Islas ya rondan el 50 % de las totales y de éstas los compradores alemanes constituyen el 60 %. Las promotoras teutonas, las que tienen una mayor presencia seguidas a cierta distancia por las británicas o las suecas, han sido las primeras en activar las alarmas, pero no las únicas.

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Marc Pritchard, director de ventas de Taylor Wimpey, asegura que las empresas inglesas ya están planeando cambiar de aires si siguen percibiendo lo que consideran un contexto hostil a su actividad, con sus miras puestas preferentemente en mercados ya conocidos como el portugués. Italia y Grecia, donde el suelo tiene además precios más asequibles, se erigen también entre las vías de fuga más obvias, aunque también otras regiones españolas como Andalucía o la Comunidad Valenciana. Lenz, que explica que con la situación geopolítica actual y la inflación, Alemania ha ralentizado sensiblemente su actividad urbanística, mantiene que el simple lanzamiento del mensaje prohibicionista puede tener efectos devastadores e inmediatos: «Una vez transmitido te puedes quedar directamente en cero».

Asimismo, niega que de momento se perciba un efecto rebote y contrario al perseguido con la propuesta de limitación; es decir, que ésta no ha propiciado un incremento de las operaciones por una supuesta sensación de premura de compradores y vendedores. Lenz -que reconoce que la venta a extranjeros es uno de los motivos del encarecimiento de la vivienda aunque subraya que no es el único- se declara partidario de explorar otras vías para la reconfiguración del mercado, como la variación de la tipología de la vivienda «La prohibición no es una manera de arreglar un problema y además se rompen modelos de convivencia que han existido durante mucho tiempo y todo por lanzar mensajes electoralistas que no aportan ninguna solución verdadera»».