Obreros en una construcción en Palma. | Pere Bota

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Los promotores de Baleares son poco optimistas con respecto a la celeridad de la Administración en todo lo que respecta a facilidades para el desarrollo de vivienda protegida en las Islas. Principalmente por el bloqueo del desarrollo de suelo urbanizable en los municipios de Palma y Calvià, pendientes de la tramitación de sus planes urbanísticos. «La tramitación de los terrenos urbanizables está paralizada por los planes generales y hasta que ese suelo no se desarrolle –que será cuando a la Administración le dé la gana– no habrá posibilidad de edificar las VPO que realmente se necesitan», afirma el presidente de la Asociación de Promotores Inmobiliarios de Balears (PROINBA), Luis Martín, quien añade que «a estas velocidades que vemos eso no sucederá hasta dentro de cuatro o cinco años, siendo optimistas, que es lo que los propios implicados te reconocen que falta».

La tramitación de la planificación urbanística para desbloquear el suelo urbanizable es una de las cuatro patas de la mesa que los promotores plantean para el desarrollo de la vivienda protegida.
La segunda es el precio máximo, que se ha subido para poder ajustarse al encarecimiento de los costes de la construcción. El precio era hasta ahora pues el primer obstáculo que bloqueaba la edificación de VPO. El propio Govern indicó que se espera que salgan al mercado 14.000 viviendas protegidas privadas en las Islas después del incremento de los precios máximos. Sin embargo, Martín objeta que a día de hoy «estamos un poco lejos de esas cifras».

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Acceso a la vivienda

La tercera pata de la mesa a la que se refiere el propio Martín son las ayudas a la población que tiene más problemas para poder acceder a la compra de una vivienda, «especialmente los jóvenes». Precisamente, el plan Garantía Hipoteca IBAVI presentado por el Govern el pasado lunes debe contribuir a aumentar las posibilidades de acceso a la vivienda para las familias: el Ejecutivo balear se encargará de avalar el 20 % de la entrada de la hipoteca. Martín considera que se trata de iniciativas positivas, especialmente si se mantienen en el tiempo». No obstante, ambas quedan supeditadas a la primera pata, la de la tramitación de los planes urbanísticos para desbloquear el suelo edificable.

El presidente de Proinba menciona incluso una cuarta pata también relacionada con la burocracia, y esa es la tramitación de las licencias, que debe hacerse de manera verdaderamente ágil.
«Un promotor no puede invertir el dinero y quedarse sentado esperando lo que tardan en tramitarse estas licencias», se queja Martín.