Avisos de devolución de Hacienda, paquetes a recoger en Correos, saldos de bitcoin y actualizaciones de datos bancarios, son los fraudes más comunes que proliferan en estos momentos en internet y redes sociales.

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Los fraudes por internet a consumidores de Baleares se han duplicado este verano con la avalancha de notificaciones online por parte de todo tipo de ciberdelincuentes, según indican desde la Direcció General de Consum y la asociación de Consumidores y Usuarios de Balears (Consubal). Las entidades bancarias que operan en las Islas, caso de Banca March, BBVA, Santander y CaixaBank, ante el aumento de este tipo de ataques informáticos,    llevan semanas informando a sus clientes de que no faciliten sus datos ante la petición de mensajes que suplantan su identidad.

El director general de Consum, Félix Alonso, y el portavoz de Consubal, Alfonso Rodríguez, señalan que la suplantación de identidad, que en el argot informático se conoce como phishing, «es la vía más utilizada por los ciberdelincuentes para apropiarse de datos que luego utilizan para defraudar». Alonso puntualiza que el Govern va a lanzar una campaña informativa para concienciar a los consumidores de que hagan caso omiso de este tipo de mensajes que no son seguros. «La situación es muy compleja y nos preocupa por el incremento de afectados. Hay preocupación porque estos fraudes se han disparado al crecer las dificultades económica para llegar a final de mes en la actual coyuntura económica», indica el director general de Consum.

Imágenes de algunos de los mensajes fraudulentos.

El portavoz de Consubal califica de «alarmante» lo que está ocurriendo en los últimos meses por la delicada situación económica por la que atraviesan las familias. «Hemos detectado que se han duplicado los casos respecto al pasado año y, en nuestra opinión, consideramos que el aumento de la inflación y la pérdida de poder adquisitivo es la principal causa. El consumidor no discierne si el mensaje que recibe por internet es verdadero o falso, más aún cuando se suplantan identidades bancarias, de la Agencia Tributaria o de Correos, así como de distribuidores comerciales», afirma Rodríguez.

Tanto Consum como Consubal puntualizan que nadie, vía internet, «puede solicitarnos datos bancarios y personales para poder acceder a cualquier tipo de producto, sea o no financiero». Alonso considera que los ciberdelincuentes «intentan aprovecharse de la necesidad y hay consumidores que caen en sus redes, de ahí que hay que incentivar al máximo las campañas informativos». Añade que al ser un    fraude la competencia es de las    Fuerzas de Seguridad del Estado.

Punto de vista
Germà Ventayol

Yo lo sufrí

Germà Ventayol

Un mensaje tras una cena abonada con tarjeta, la copia del logo no ofrecía aparentes dudas si no te fijabas en la procedencia, creo que de Tailandia. La confianza y la impericia me convirtieron en presunta víctima de los piratas de la red, frenados por el bloqueo inmediato de mi banco que, muy perspicaz, detectó que no podía estar en Palma y Bankong en apenas unos minutos. Cambios de claves y otros engorrosos trámites me salvaron del desastre. Desde entonces procuro ser algo más cauteloso y borrar directamente sin escrúpulos todo cuanto mensaje me parece sospechoso, aunque no descarto que en cualquier momento vuelva a caer en las garras de estos cacos del ciberespacio.