Imagen de un camarero, uno de los empleos más demandados en las Islas. | GEMMA ANDREU

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Los trabajadores de Baleares son un 10,8 por ciento más pobres, ya que es lo que ha subido la inflación durante el pasado mes de julio. Ante esta situación, con una subida de precios desbocada que no se producía desde hace 38 años, cabe preguntarse si es conveniente subir los salarios a los trabajadores. El conseller de Model Econòmic, Turisme i Treball, Iago Negueruela, no lo duda y su respuesta es «sí». De hecho, ha pedido a los empresarios que lo hagan. A su modo de ver, el incremento de sueldos está justificado por el crecimiento económico, la bajada del desempleo y los precios al alza. El conseller subraya que no le corresponde al Govern determinar ni cómo ni de cuánto ha de ser la subida, aunque sí se ha mostrado partidario de que supere la media estatal, puesto que «nuestra situación y la de la Península son muy diferentes, porque aquí el crecimiento es mucho más fuerte». Por ello, la situación «sí que da para que la media salarial balear crezca por encima de la estatal». Baleares es la comunidad donde ha crecido más el empleo y, de hecho, uno de cada cinco puestos de trabajo creados en España en este segundo trimestre ha sido en las Islas.

La presidente de la CAEB, Carmen Planas, discrepa respecto a la postura del conseller. «En este contexto, resulta especialmente relevante evitar un escenario en el que los aumentos de los precios y salarios se retroalimenten entre sí, para no producir efectos de segunda ronda que nos lleven a una espiral inflacionista. Implementar la inflación en los salarios como exigen los sindicatos supondría un drama para la economía». No obstante, aclara que «desde la patronal no nos oponemos a subir los salarios; de hecho, se está negociando cada convenio de forma individual porque cada sector tiene sus tiempos y sus propias características». Sin embargo, avisa que «adecuar el incremento salarial en función de la inflación supondría más paro y el cierre de muchas empresas. Las pymes atraviesan su peor momento desde 2014, según un informe de CEPYME, especialmente agravado tras los últimos dos años de pandemia. En cualquier caso, desde la CEOE se están proponiendo unas subidas paulatinas en los próximos años, pero en ningún caso ligadas al actual IPC porque las empresas no pueden asumirlo. El propio Gobierno ha negado a los funcionarios del Estado un aumento salarial ligado a la inflación».

Totalmente contraria a la postura de Planas es la opinión del secretario general de UGT en Baleares, Lorenzo Navarro. «Sí, tiene que haber una subida salarial generalizada porque la inflación está en el 10,8 % y viene a decir que cada vez las personas que trabajamos estamos más empobrecidas; cada vez es más difícil llegar a fin de mes». Navarro asegura que «por el bien de la economía y para que los trabajadores no paguen esta crisis se deben subir los salarios». En este punto, añade que el incremento salarial debe ir acompañado de una cláusula de revisión a final de año para no perder poder adquisitivo.

En términos similares se expresa el secretario de Comunicación de CCOO, Xisco Mellado. «De manera contundente, debe haber incrementos salariales notables en todos los sectores. Los trabajadores no pueden volver a ser quienes paguen, de manera totalmente injusta, una crisis que ni han ocasionado ni colaboran en su mantenimiento. Los precios están aumentando debido a la codicia de determinados sectores empresariales, pues los salarios no han contribuido ni a la carestía de la cesta de la compra ni a la de los servicios». Recuerda que CCOO propuso unos incrementos salariales mínimos del 3,5 % para este año; del 2,5 % en 2023; y del 2 % con cláusulas de revisión salarial. «Desde CCOO pensamos que los aumentos salariales deben ser pactados en el marco natural de la negociación colectiva, pues cada sector tiene sus particularidades que siempre conocen mejor ambas partes, sindicatos y empresarios».

Por último, Pau A. Monserrat, miembro del CES, profesor de la UIB y economista de FuturFinances.com, señala que «los trabajadores por cuenta ajena, en general, son perdedores claros: sus salarios reales han caído, al crecer menos sus sueldos que los precios de los bienes y servicios que consumen. Toca ver si funcionarios y pensionistas van a asumir también parte de la pobreza generada o no. El debate de si los sueldos nominales de los trabajadores deben subir es espinoso. Si no suben, pierden poder adquisitivo. Si se indexan a la inflación, generamos una espiral inflacionista que seguirá empobreciendo la sociedad en su conjunto. Hay que compensar vía subida de sueldos el golpe de la inflación, pero se debería hacer solo este año y en menor medida en 2023, y siempre asumiendo que el incremento no puede ser el mismo que la inflación sufrida».

Luis García Langa, director de Corredordefondos.com, considera que «desgraciadamente no» se deben incrementar las nóminas. Lo argumenta porque «estamos en una inflación por costes. Si a una empresa le suben el material, el transporte y las existencias un 10 % y no puede casi repercutir ese incremento al cliente final (no olvidemos que además las empresas vienen de la paralización de la COVID), ¿cómo podría afrontar todavía más incremento de costes, en este caso laborales? Cuando las subidas de la inflación se frenen y a las empresas se le relajen los costes, se puede empezar a hablar». Sí precisa que se podrían subir los sueldos «si la inflación fuera debida a un incremento del consumo, ello supondría un incremento de beneficios empresariales que debería generar más sueldos a los trabajadores; aunque nuestro sistema laboral inflexible no ayude».