Eduardo Soriano es también presidente de ISBA. | Pere Bota

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Eduardo Soriano será el primer presidente de la sociedad garantía recíproca ISBA que presida al mismo tiempo la Cámara de Comercio de Mallorca. No es algo extraño, porque también sucede en Galicia. En su elección ha primado su experiencia financiera y talante, que van a ser claves para gestionar la entidad y afrontar todos los retos que tienen que asumir los empresarios a corto y medio plazo.

¿Qué objetivos se ha marcado?
—El objetivo más inmediato es dar contenido al plenario y que la comisión ejecutiva, con el presidente, tienen que sacar adelante todas las inquietudes bajo un prisma empresarial. Hay que hacer partícipe y protagonista al plenario de todos los asuntos que incumban y afecten a la institución de forma decidida.

¿Goza la Cámara de buena salud financiera?
—La entidad, a causa de la eliminación de las cuotas camerales, tuvo que adelgazar su estructura porque no podía seguir en la misma línea. Pese a todo y a cuadrar las cuentas en los últimos cuatro años, la Cámara goza de buena salud financiera. Existe un circulante que se tiene que optimizar al máximo y con criterios empresariales.

¿La gente sabe para qué sirve la entidad cameral?
—Somos un ente muy diverso que ayuda a todos los sectores productivos a salir adelante en la actual coyuntura. Hacemos cosas y cumplimos una función esencia que, quizás, no se trasmite como correspondiera fuera de la entidad.

La economía de Balears afronta una coyuntura compleja. ¿Cómo hay que actuar?
—La situación es muy compleja en estos momentos y hay que saber adoptar medidas concretas. Es por ello, que las iniciativas bien canalizadas en función de sus prioridades son las que serán efectivas para seguir adelante.

¿La inflación va a mediatizar el futuro económico?
—La inflación que tenemos desde principio de año, antes de la guerra ruso-ucraniana, es atípica. Si se producía antes era por una alegría en el consumo y la terapia era subir los tipos para reducir el gasto. En la actual, estábamos acostumbrados a un exceso de oferta que provocaba precios bajos. Ahora, con la escasez y la falta de oferta, los precios inciden en los productos y las materias primas.

¿Esto explica la subida de costes?
—Los costes tienen que trasladarse a los precios de venta para no mermar las cuentas de explotación. Unas empresas lo han extrapolado y otras lo tienen que hacer de forma progresiva. Si en la actual coyuntura aplicas la fórmula clásica de subir el precio del dinero para reducir la inflación, el efecto es negativo. Las medidas que se tienen que adoptar para corregir la inflación es ir solucionando los diferentes problemas con soluciones concretas. Es lo que queremos hacer en la Cámara y ayudar a las entidades públicas para que tomen medidas en la línea que toca. Todo influye en la inflación y cada problema tiene una solución.

¿Cómo va afrontar estos cuatro años de presidente?
—No tengo ningún objetivo político y simplemente quiero que la entidad funcione. Tengo cuatro años por delante y el Govern y el Consell apoyan la entidad porque son parte de la misma. Otra cuestión es que haya políticos que no lo vean así.

¿Ser presidente de ISBA es un valor añadido?
—Es un valor añadido porque puedo aportar mi experiencia y aplicar la máxima empresarial de que para solventar los problemas hay que trabajar y buscar soluciones de forma conjunta.

Ha criticado la utilización de los fondos Next Generation...
—Se habla de fondos de una forma gratuita, pero Bruselas ha puesto en circulación estos fondos con unos objetivos muy concretos. He visto propuestas y estudios empresariales que no están justificados y no se aguantan. Hay que presentar proyectos definidos, reales y que incidan en la competitividad.

¿Habrá que ampliar la carencia de los créditos ICO?
—Es más que una una necesidad y habrá que ampliar el plazo porque ayudará las empresas a sobrellevar la actual coyuntura.

¿El REB es una opción vital?
—El 10 % de lo que se consume en Balears es producto autóctono. El resto viene de fuera y está afectado por el hecho insular. El REB es clave y debe llegarse a un acuerdo con el Gobierno lo antes posible para no mermar más la productividad empresarial.

¿Cómo analiza las críticas sobre la dependencia turística?
—No hay que poner pegas, sino que hay que mejorarla para que sea más competitiva. Es un sector que nos da fuerza, pero al margen del sector turístico hay vida y aquí el REB es esencial para que el tejido productivo balear sea competitivo. La competitividad en una economía global es algo esencial para subsistir.