Algunos de los pasajeros afectados este sábado en el aeropuerto de Palma. | Redacción Digital

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Un sorprendente despiste ha dejado en tierra este sábado por la tarde a catorce pasajeros en el aeropuerto de Palma. Ryanair ha «olvidado» a una remesa de personas, que han descubierto que su vuelo ha despegado sin previo aviso. Iba todo según lo previsto. Ninguno de ellos se esperaba el susto y la incertidumbre que tendrían que vivir este sábado los 14 (casi) pasajeros del vuelo FR 5729 de Ryanair con destino a Málaga. Tras hacer el check-in y, ya en la puerta de embarque C55, los asistentes de vuelo los organizaron en grupos para trasladarlos en un bus lanzadera desde la terminal hasta el avión. Sin embargo, ante la falta de espacio en el último autocar, la aerolínea dejó en la terminal a la última remesa, a la espera de un nuevo bus...«Vimos cómo el último bus se iba, y ahí nos quedamos, esperando».

Los afectados, esperando frente a la puerta de embarque.

Tras largos minutos sin noticias, la incertidumbre empezó a hacer mella entre los pasajeros hasta que uno de ellos, intentando recabar información, descubrió que su vuelo ya había despegado y se encontraba en el aire, sin ellos. «No entiendo cómo ha podido pasar. Hemos pasado el código QR en el control de seguridad. En el sistema debería de aparecer que quedábamos en tierra», cuenta a Ultima Hora, indignada, una de las afectadas.

La compañía les ha ofrecido un vuelo este sábado a las 22h como solución. El ambiente es muy tenso entre los pasajeros, algunos de los cuales han perdido ya conexiones con otros destinos. A Susana Guerrero le inquieta especialmente este «limbo» en el que se han quedado. Padece cáncer y teme perderse la próxima sesión de quimio que tiene en Málaga a principios de la semana que viene. «A estas alturas y después de todo esto, aún no sé si voy a pasar la noche en el aeropuerto o si me dejarán volver a casa», dice, ya cansada. Como compensación, Ryanair les ha regalado un vale de cuatro euros para gastar en tiendas del aeropuerto durante la tarde. Ante el disgusto, les queda café gratis como consuelo.