El ‘Queen Elizabeth’, este lunes, en Palma. | Gabriel Alomar

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El puerto de Palma recibió este lunes la visita de un crucero de excepción, el Queen Elizabeth, descendiente directo de los dos célebres transatlánticos anteriores de 1940 y 1969. A diferencia de aquellos, este buque ha sido diseñado a efectos turísticos y no para afrontar la travesía atlántica, destinada al Queen Mary 2. Su casco es del tipo Vista, que poseen otros cruceros, como su hermano el Queen Victoria. Pero al contrario de sus ilustres predecesores no fue construido en Gran Bretaña, sino en Italia. Aunque para mantener la tradición sí fue inaugurado por la reina Isabel II en persona, en 2010.

Otra concesión a la nostalgia, al igual que los legendarios colores de Cunard Line, es el estilo Art Déco de su decoración, que invita al pasajero a sentirse transportado como en una máquina del tiempo a la edad de oro de los ocean liners de leyenda. El actual Queen Elizabeth no es tan grande como los más recientes megacruceros, pero con sus 92.000 toneladas supera en volumen a sus antecesores. Aún así, su capacidad se limita a poco más de 2.000 cruceristas.

Modelo del primer ‘Queen Elizabeth’ (1940).

El ‘Queen Elizabeth 2’ (1969), último transatlántico de líneas marineras. Realizó 30 visitas a Palma entre 1972 y 2006.

Los interiores art déco trasladan al viajero a otras épocas. Foto: CUNARD LINE

Lo que diferencia a este buque de los demás es su carácter de heredero directo de unos transatlánticos con una  gloriosa historia en el ámbito del transporte marítimo de lujo. Y que en su día también visitaron el puerto de Palma. El primero una sola vez, en 1968 y el célebre QE2, en 30 ocasiones. Su escala, en un itinerario –desde su base en Southampton– dedicado España e Italia, coincidió ayer con la del pequeño crucero de lujo francés Le Bougainville.