Juanjo Braojos, en Palma. | Pere Bota

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Los padres de Juanjo Braojos, que acaba de cumplir 18 años, notaban que algo le pasaba con tan solo dos años y medio de edad. No pronunciaba las palabras y fue objeto de varias pruebas neurológicas para buscar una respuesta. «Empezó el colegio y mi hijo se frustraba mucho porque no sabía cómo comunicarse», cuenta su madre, Rocío Vera.

Con ocho años, a Juanjo le diagnosticaron trastorno del espectro autista (TEA) en grado uno. Su mayor problema ha sido la frustración, pero con el tiempo está aprendiendo a sobrellevarlo. Este joven está a las puertas de afrontar la vida adulta y empezar sus primeras prácticas laborales. Este sábado es el Día Mundial del Autismo y en una misiva que ha preparado reivindica que «todas las personas con discapacidad tengamos los mismos derechos, trabajos y salarios que el resto».

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Siendo todavía un adolescente, los padres de Juanjo decidieron llevarlo a un piso tutelado por la Asociación de Madres de Discapacitados de Balears (Amadiba), donde continúa en la actualidad. «Con cerca de 12 años, llegó un punto en que mi hijo estaba en una etapa muy crítica y una psiquiatra de Son Espases nos dijo que Juanjo necesitaba una rutina y unas normas. Yo le dije claramente que, o me ayudan o no podría con él».

A pesar de que Juanjo dice que le costó mucho esa nueva etapa sin sus padres, hoy afronta su futuro con ganas y con muchos aprendizajes, como tener paciencia, no agobiarse y no pegar. Hacer ejercicio le ha servido para mejorar: «Me gusta todo el deporte, pero en natación siento que estoy muy centrado».

Desde los 12 años va al Centro de Educación Especial Son Ferriol. Ahora ha comenzado una etapa nueva en el centro, que va de los 18 a los 21 años, y les preparan para la transición a la vida adulta. Hace cocina, jardinería, cuenta con espacios de aprendizaje, informática y orientación laboral.
En breve empezará unas prácticas en la biblioteca Ramon Llull, pero a Juanjo le gustaría trabajar, tras esta experiencia, en una imprenta que gestiona Esment «porque me gusta mucho la informática y manejarme con los ordenadores», confiesa.