Mireia Estrada, en Palma. | Jaume Morey

TW
26

Mireia Estrada (Barcelona, 1974) recuerda en las primeras páginas de su libro que hace veinte años, en una primera visita a casa de sus suegros, en Casablanca (Marruecos), sus cuñadas le recibieron con «leche y dátiles». Lo primero, un símbolo de pureza; lo segundo, una fruta bendecida. En Sense sucre. Una dona occidental al Marroc, la autora se aproxima a la cultura musulmana sin prejuicios y habla, desde un punto de vista personal, del rol de las mujeres, de la libertad o de lo cotidiano en el seno de una familia tradicional. Ayer presentó el libro en Drac Màgic y hoy, a las 18.00 horas, en la Librería Món de Llibres, en Manacor.

«En la obra comparto muchos momentos y muchas anécdotas.Son 20 años de idas y venidas a Marruecos. Es el sentimiento de pertenencia a mi familia política. Tuve la suerte de conocer su tradición popular, que me ha hecho crecer», destaca. Después de dejar su proyecto Jiwar Creació iSocietat, una residencia internacional de artistas en Barcelona,    en 2019, vio el momento de contar en un libro sus vivencias. Estrada mantiene un fuerte vínculo con Balears. Aquí vive su familia materna y esta tierra la menciona en su obra. «Cada vez que vengo a Mallorca respiro Marruecos», asegura. Preguntada por qué aspectos tienen en común estas dos culturas, destaca «la pertenencia de familia, el campo o la forma de trabajar. Sí hay diferencias culturales, sobre todo por la influencia religiosa, pero también comparten la comida o la importancia de dar tiempo a nuestros allegados. Tenemos un imaginario muy parecido y esto me hace sentir menos extraña en Marruecos».

Identidad

Aparte de las continuas referencias de lo cotidiano, de aquellas historias que ha ido recolectando, Estrada también rompe con todos los estereotipos en cuanto al rol de la mujer y su identidad. «Cuando escribía la novela, en mi cabeza visualizaba a una lectora, de mi edad, de mente abierta pero que desconocía la cultura musulmana. Lo que hago es abrir una gama de colores, como un arcoíris, porque todos tendemos a los estereotipos. Creo que el libro contribuye a romperlos». Su suegra juega un papel fundamental en el libro. «Es la que simboliza mi acogida en la familia. Es una mujer que representa la fuerza y el sacrificio. La admiro», reconoce la autora.