El presidente del Cercle d'Economia, Josep Maria Vicens, y Mariano Rajoy, antes de la conferencia. | M. À. Cañellas

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El expresidente del Gobierno Mariano Rajoy alertó este jueves en Palma del peligro de los populismos y de lo rápido que se contagian y reconoció que él mismo cayó en este error al aceptar las primarias en el PP. Rajoy, jubilado de la política, ofreció una conferencia invitado por el Cercle d’Economia en la que presentó el libro que acaba de publicar, Política para adultos. La tesis central del libro, que desgranó en la conferencia, es que la política vive un proceso de «infantilización» y que el populismo consiste en tratar a la gente «como a niños». Rajoy alertó de que este problema es uno de los mayores retos a los que se enfrentan las democracias liberales.

Aseguró que parte de la solución pasa por tratar de alcanzar consensos más amplios entre los partidos y atender el bienestar de los ciudadanos. «La política es atender a las personas y su bienestar y muchos que hablan de política en realidad hacen ideología, que conduce al extremismo», señaló. Entre las características comunes a las diversas clases de populismo, el expresidente señaló que están quienes creen que con él ha llegado todo lo nuevo y que lo anterior estaba mal hecho, y mencionó a quienes «abominan» de la Transición, de la Constitución y de los consensos amplios.

También criticó el populismo que se desplegó con el proceso independentista en Catalunya o con el Brexit en el Reino Unido, basados en plantear «un cuento de hadas engañoso». «Luego viene la realidad y pasa lo que pasa con las promesas que se hicieron», señaló. Pero lo más peligroso de los populismos es, en su opinión, el desprecio a la ley y a las instituciones. Censuró que partidos que están en el Gobierno apoyen la    okupación, hagan críticas «brutales» a los tribunales o defiendan que la ley no impera porque hay democracia. «El desprecio a la ley es la peor de las aportaciones que han hecho los populistas», aseguró.

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Con respecto a las instituciones, el expresidente defendió al rey Juan Carlos, «que está siendo atropellado de forma inmisericorde». Afirmó que, para evitar el auge de los populistas, es vital ampliar los consensos entre los dos grandes partidos del panorama político español y defendió abiertamente el bipartidismo «Uno de los mayores errores políticos actuales es el Gobierno Frankestein porque hace inviable cualquier tipo de consenso entre quienes tienen que hacerlo: los dos grandes partidos», aseguró al respecto.

Para Rajoy, la reforma laboral que ha aprobado el Gobierno es otro ejemplo de infantilismo político. «Es una de los mayores ejemplos de populismo e infantilización, porque se ha hecho una reforma cuando uno de los partidos no la quiere, pero se prometió» dijo. Rajoy aseguró que entiende la postura de la CEOE de aceptar este planteamiento como mal menor, pero también defendió el que el PP se oponga a ella porque no es la legislación laboral que defiende.

Criticó el lenguaje inclusivo y los particularismos regionales que han llevado a 17 partidos al Congreso y, en materia económica, defendió reformas estructurales y controlar el gasto público. En su presentación ante el auditorio, con una amplia representación del Partido Popular, el presidente del Cercle d’Economia, Josep Maria Vicens, dijo de Mariano Rajoy que era «un ciudadano normal, pero no un ciudadano cualquiera». «Tiene los genes del servicio público y ha dedicado toda su vida a la alta política», aseguró en la presentación. Describió su larga trayectoria y destacó que su vida ha estado dedicada a tratar de que las cosas cambien a mejor.