Los pacientes más graves tienen que ser ingresados en la UCI. | Teresa Ayuga

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El 60-70 por ciento de las personas que se encuentran ingresadas en las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) de Baleares con COVID-19 no están vacunadas, según ha informado el subdirector de Atenció Hospitalària del IB-Salut, Paco Albertí. Se trata de una cifra que va variando, pero que se mueve en esta horquilla. En este punto, ha instado a todos los ciudadanos a inocularse, ya que el coronavirus es mucho más virulento contra las personas que no están protegidas y, en muchos casos, tienen que ser hospitalizadas para poder superar la enfermedad.

Albertí ha destacado que los ciudadanos con edades comprendidas entre los 60 y los 70 años que no estén vacunados contra la COVID-19 tienen 20 veces más riesgo de terminar en una UCI. «La vacuna está protegiendo de una manera brutal», ha manifestado. Preguntado por el motivo por el que el 30-40 por ciento de las personas que actualmente están hospitalizadas en la UCI sí están vacunadas, ha respondido que la gran mayoría de ellos tienen comorbilidades. «El porcentaje de personas vacunadas que se encuentran ingresadas es mínimo», ha declarado.

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El subdirector de Atenció Hospitalària del IB-Salut también ha precisado que en la sexta ola de la pandemia se ha reducido la edad de los pacientes de la UCI; sus usuarios suelen tener entre 40 y 60 años y muchos de ellos no están vacunados; o bien entre 60 y 75 años. Además, hay menos enfermos entubados y con respiración mecánica que en otras olas precedentes. Todo ello es debido a los efectos de la vacuna (el 82,71 por ciento tiene la pauta completa de vacunación) y a que ómicron es menos virulenta, según lo que se ha visto hasta el momento.

La protección de la vacuna

El especialista en Salud Pública y Medicina Preventiva, Joan Carles March, ha manifestado que «hay tres estudios que demuestran que la vacunación o la infección previa generarían inmunidad celular frente a la enfermedad grave por ómicron (aún y cuando los anticuerpos decaigan con los meses). La protección frente a la infección decae con el paso de los meses tras la última dosis. La caída es diferente según el tipo de vacuna, pero todo sugiere que la dosis de refuerzo debería acelerarse con ómicron».

March ha explicado que «las vacunas se diseñaron a partir de la cepa original del SARSCoV2 de Wuhan, en China. Tras millones de contagios y varias variantes, llegamos a ómicron con 50 mutaciones a finales de 2021. Aun así, tres dosis de vacuna logran proteger hasta el 90% de la hospitalización por ómicron». Por tanto, ha concluido que «es fundamental que la población se vacune de la primera y segunda dosis, también de la dosis de refuerzo (ampliando ya a la población de profesorado, de cuidadoras además de las de mayores de 40 años) y de la dosis en la infancia».