Carandell, en un momento de su intervención ante los medios. | Redacción Digital

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Cinco muertes más y un incremento en la ocupación de las UCI de los hospitales de Baleares son los últimos datos del coronavirus que invitan a las autoridades de las Islas a seguir pidiendo prudencia y recomendar que se administren cuantas más primeras dosis mejor así como terceras dosis de refuerzo en la población a partir de los 60 años. En rueda de prensa la consellera de Salut, Patricia Gómez, ha insistido en la eficacia de la vacuna, y en la importancia de las dosis de refuerzo, algo que ha motivado que el punto móvil de vacunación vuelva al centro de Palma hasta pasadas las fiestas navideñas.

En el acto público estaba presente la directora de Assistència Sanitària, Maria Eugènia Carandell, que ha confirmado que unas 8.000 dosis nuevas se han administrado en las Islas desde el incremento de las exigencias a las personas no vacunadas, especialmente el requerimiento del certificado COVID para acceder a la restauración.

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«El colectivo de más de sesenta años preocupa. En esa franja hay un grupo numeroso vacunado con AstraZeneca, y el producto de esta farmacéutica ha reportado una disminución de su efecto contra ómicron. Todavía tenemos pocos casos de esta nueva cepa en las Islas pero en nuestro entorno van subiendo», ha apuntado la dirigente de Salut, quien considera fundamental «acelerar la vacunación de refuerzo» para llegar a la Navidad en una mejor situación epidemiológica que la actual. «Es especialmente importante que se vacunen con esta dosis de recuerdo», ha insistido.

Ello implica que, si es necesario, se abrirán los centros de salud para vacunar como ya se ha hecho en el pasado. Según Gómez, se ponen al alcance de la ciudadanía más centros de vacunación, «más cerca de los domicilios de las personas a las que se quiere llegar».