La sala de convenciones del hotel Meliá Victoria de Palma fue el escenario, este martes por la tarde, de la presentación del libro Mi vida del fundador y presidente de Meliá Hotels International, Gabriel Escarrer Juliá. Una amplia representación de la sociedad balear y de la industria turística quiso arropar a este «visionario carismático», en palabras de la periodista y autora del libro, Isabel Durán.
La obra es un recorrido de la larga trayectoria empresarial del hotelero mallorquín, nacido en Porreres en el seno de una familia humilde –como él mismo recordó ayer– y que en la actualidad cuenta con más de 380 hoteles en 45 países que emplean a 45.000 trabajadores. «No ha sido nada fácil llegar hasta donde estamos ahora», reconoció Escarrer, quien también admitió que «las cosas que se hacen con ilusión, cuestan menos».
Las cerca de 350 personas que acudieron al acto pudieron escuchar el relato de sus inicios, además de los elogios que le brindó el exministro de Turismo español y expresidente del Parlamento Europeo, Enrique Barón, a quien Escarrer consideró un «gran amigo». Durante su intervención, el que fuera ministro con el primer Gobierno de Felipe González recordó cómo se conocieron en los años ochenta y cómo, al proponer su nombre en un Consejo de Ministros para concederle la Medalla de Oro de Turismo, «más de un ministro me preguntó quién era Escarrer».
Enrique Barón, Gabriel Escarrer, Gabriel Escarrer e Isabel Durán.
Barón y Durán, cuyos discursos precedieron al de Escarrer, coincidieron en destacar su esfuerzo, constancia, su amor por el turismo y por la familia. La periodista le describió como un «emprendedor pionero e innovador» y, al igual que el exministro, valoró su papel como «gran embajador de la marca España».
El hotelero, visiblemente emocionado, repasó sus inicios hasta el momento actual durante más de cuarenta minutos. Tiempo en el que captó la atención del público y en el que destacó algunos de los principales hitos de su carrera profesional. Tuvo palabras de agradecimiento para su mujer, Ana; para Juan Vives y para Jeroni Albertí –que formaron parte de su equipo– y para todas las personas que le han acompañado durante su trayectoria.
Historia
Según el propio Escarrer, el libro cuenta la historia de «una persona humilde y sencilla, pero también ambiciosa en el buen sentido de la palabra» y como «sin recursos y con escasa formación, llegué a montar un emporio turístico». Explicó, orgulloso, como tras 30 años de iniciarse en el mundo hotelero, consiguió situarse entre las 20 grandes cadenas a nivel mundial. Un hito logrado con la «tenacidad y constancia» que nunca le faltaron y que «dieron buenos resultados».
Gabriel Escarrer Juliá con el libro el libro 'Mi vida'.
Alquiló su primer hotel a los 21 años gracias a la ayuda de sus padres y sus futuros suegros. «Así comencé en el campo hotelero: con mucha moral, pero poco dinero», recordó, aunque relató, satisfecho, que a los 36 años ya tenía seis hijos y 21 hoteles, gran parte de ellos en propiedad.
Distinguió varias etapas de su trayectoria, la primera de las cuales, «la más intuitiva», tenía por objetivo «crecer, crecer y crecer de la forma más eficaz posible». Tras estos primeros años, en los años ochenta se debía definir el modelo de compañía del futuro, momento en que se apostó por la internacionalización. «Marcó un antes y un después», aseguró Escarrer, para quien se trata de la decisión «más importante jamás tomada» y de «un buen motivo de orgullo y satisfacción». Otros hitos de la compañía han sido la salida a Bolsa y el relevo generacional. El fundador de Meliá ya dejó la presidencia ejecutiva de la compañía en manos de su hijo Gabriel Escarrer Jaume, CEO y vicepresidente ejecutivo de la hotelera, quien durante el acto de ayer estuvo en todo momento al lado de su padre. «Mi obsesión era asegurar el futuro de la compañía», dijo el empresario.
Gabriel Escarrer da la enhorabuena a su padre al acabar la presentación.
Tras haber pasado lo peor de la pandemia, elogió la labor de su hijo y su equipo. «Meliá saldrá de esta crisis y lo hará más fuerte y más digital», reconoció, para concluir sentirse «orgulloso de mis aciertos y haber aprendido de mis errores».
