Francesc Dalmau, concejal de Mobilitat | Teresa Ayuga

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Los vehículos de movilidad personal han llegado para quedarse. El problema es cómo gestionarlos es una ciudad como Palma, en la que el vehículo privado es el rey, el funcionamiento eficaz del transporte público sigue siendo una asignatura pendiente y el espacio para los peatones se hace cada vez más y más estrecho. Otro problema de difícil solución para el regidor de Movilidad, Francesc Dalmau (Palma, 1981), que sigue haciendo hincapié en que este tipo de vehículos ayuda a que haya menos vehículos en las calles palmesanas.

¿El aumento de usuarios de patinetes eléctricos en Palma se ha convertido en un problema para la ciudad?

—No lo creo, y no es diferente a lo que está sucediendo en la mayoría de ciudades del país. Hubo que improvisar normativas municipales, pero ahora con estas aprobadas y el reglamento de la DGT, los usuarios de este tipo de elementos de movilidad no son ignorantes y saben qué pueden y qué deben hacer.

A tenor de los datos de denuncias y accidentes, no lo parece...

—Lo que está claro es que cuantos más usuarios, más incidencias y sanciones hay. Ahora hay que encontrar el equilibrio dentro de los espacios públicos. Y eso solo lo conseguiremos logrando que los usuarios conozcan las prohibiciones y deberes que tienen cuando se suben a un patinete. Para eso se han hecho muchas campañas informativas. Si se cumple la normativa, el uso del patinete no es peligroso para nadie, y, además, se convierte en un aliado de la movilidad sostenible.

¿Eso significa que el ayuntamiento apuesta por el patinete eléctrico?

—Lo único que pretende este gobierno municipal es apostar por la movilidad sostenible: ya sea cualquier vehículo de movilidad personal, favorecer a los peatones o mejorar el transporte público... Y desde el área de Mobilitat llevamos más de cuatro años trabajando en ello.

¿Por qué considera positivo el aumento de usuarios de patinetes?

—Todavía no podemos decir que por cada patinete que circula por nuestras calles se reduce el tráfico de vehículos privados, pero estoy convencido de que llegaremos a ese punto muy pronto.

¿Cort endurecerá la normativa de este tipo de vehículos si hace falta?

—Creo que adaptar la ordenanza municipal a la aprobada más tarde por la DGT es suficiente, pero se pueden seguir estudiando mejoras. Por ejemplo, hacer obligatorio el uso del casco, como ya se plantea la DGT, o que este tipo de vehículos necesiten un seguro, como ya sucede en Barcelona. Pero tampoco quiero que se convierta en una barrera para los futuros usuarios porque, lo repito, creo que son unos aliados contra los desplazamientos en vehículos privados.