El equipo de Contain se mudó hace un año y medio a la plaza de Gomila. | P. Pellicer

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Hace un año y medio Juan Peralta y Mauricio Obarrio decidieron dejar el taller que tenían en la privilegiada calle Sant Felio y se mudaron a la plaza Gomila. Un lugar inusitado entre locales de ocio nocturno y degradación que se ha visto envuelta ahora por el furor inmobiliario y constructor.

«Sospechábamos que la zona se iba a levantar», cuenta Peralta, que lidera un taller de lámparas artesanas de diseño. Llegó la pandemia pero también se desveló el secreto de que el grupo Camper iba a invertir en la plaza Gomila con un proyecto que abarca hasta siete edificios en la zona. El olfato no le engañó.

El equipo de Contain son los primeros que se han atrevido a irrumpir en la nueva Gomila, una zona que ya está atrayendo a nuevos inversores al calor de los proyectos que se están revelando en la zona. «En el taller recibimos a nuestros clientes, muchos de ellos suecos que han comprado vivienda en el barrio. El proyecto de Camper ya nos ha encargado lámparas para los exteriores». Peralta advierte que «mucha gente viene por aquí y pregunta por locales vacíos. Pensábamos que el cambio sería más lento pero en los últimos meses se ha acelerado el proceso».

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Muchos de los locales de ocio nocturno han cerrado para sus puertas, momentáneamente como la sala Tunnel, y otros inversores esperan la oportunidad para abrir otro tipo de negocios más diurnos.

Vecinos y empresarios de la zona son conscientes de que Gomila está en plena ebullición y ya se habla de nuevos negocios.

También se rumorea que en Tito’s abrirá un hotel Camper al estilo del que cuenta en Berlín y Barcelona. «Es una de las opciones», dice Guillermo Reynés, el arquitecto que lidera el proyecto de Doakid-Camper que está transformando la plaza Gomila.
Hans Lenz, director de Engel & Völkers Mallorca suroeste, comercializa algunas de las nuevas viviendas de alto standing que ahora mismo se están levantando en el barrio.

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«Tanto Gomila como El Terreno van a vivir una transformación extraordinaria. Es una zona muy interesante, con mucho mestizaje, y vemos que hay alegría por la apuesta por el barrio. En uno o dos años estará listo Gomila Center y habrá restaurantes y oficinas».
Lenz advierte que se dejará atrás la degradación del ocio nocturno que imperaba en otras épocas: «El barrio debe tener una panadería, un colmado, tiendas... Se están remodelando muchos espacios nocturnos para convertirse en otro tipo de oferta».

Venta millonaria

Muy cerca de allí, el hostal Corona acaba de estrenar propietarios. Los hermanos Diego y Cristóbal Navarro Amate se despiden del negocio familiar que han regentado durante treinta años. El viernes firmaron el contrato de arras con unos inversores suecos y el edificio se ha vendido por 4,5 millones de euros.

La ‘nueva’ Gomila está despertando
Cristóbal y Diego Navarro, ayer ante el hostal Corona, que el viernes vendieron a inversores suecos. FOTO: Teresa Ayuga

«Mis padres compraron el hostal Corona hace tres décadas y desde entonces ha estado allí trabajando la familia. Han sido muchos años de sacrificio», cuenta Diego Navarro, que ha desechado la idea de emprender un nuevo negocio y piensa dar un giro a su vida. Los nuevos inversores ampliarán el edificio para convertirlo en hotel pero «mantendrán el espíritu modernista».

Navarro es consciente de la hiperactividad que se despierta en Gomila. «Han pasado muchos años de degradación con locales abandonados, afters y botellones. Los vecinos estaban asustados. La aparición de Casa Camper, los hoteles boutique y el nuevo Tito’s se une a la venta de villas en El Terreno».

En la misma avenida Joan Miró se yergue el edificio que albergaba Sa Sifoneria, un conocido bar de Gomila. Ahora permanece cerrado y es propiedad del Grupo Piñero. Esta misma semana la Comissió del Centre Històric i Catàleg del Model de Ciutat analizaba el proyecto de rehabilitación de este edificio de viviendas para cambiar su uso a hotel de cuatro estrellas. Fuentes del grupo turístico, con sede en la plaza Mediterráneo, señalan que para este inmueble «se están estudiando diferentes proyectos». Piñero cuenta con más propiedades en la zona, en plena ebullición.

La ‘nueva’ Gomila está despertando
El edificio de Sa Sifonería, de Grupo Piñero, tiene licencia para ser un hotel de cuatro estrellas. FOTO: Pilar Pellicer

El que tampoco escapa de esta nueva etapa es el antiguo Liceo Francés, que inició el curso en el nuevo complejo educativo, en Sa Taulera. Según su director, François Cornú, «el antiguo colegio está en venta y hay potenciales compradores». El inmueble cuenta con uso educativo e inversores nacionales y extranjeros han mostrado mucho interés.