Teatro, gastronomía e historia se darán la mano en el agroturismo Es Revellar Art de Campos. | LAURA CASASNOVAS

TW
0

No es una cena, es una experiencia», dicen Víctor Calvo y Biel Jordà, creadores de The Food Line que, junto a su equipo, están inmersos en los preparativos para el gran estreno, a finales de agosto. En una coctelera se han mezclado teatro, gastronomía e historia y tras agitarla, surge un viaje gastrotemporal. En el agroturismo Es Revellar Art Resort, en Campos, una veintena de comensales se enfrenta a todo un viaje temporal, que se vive con los ojos, el oído y, sobre todo, con las papilas gustativas.

¿Cómo comían los persas? ¿Era el Austrolopitecus un gourmet? ¿Queda algún rastro de la Edad Media en el recetario insular actual? Todas estas preguntas y muchas más quedan resueltas en esta propuesta de The Food Line, «con diez platos salados, cuatro postres y siete bebidas», cuenta Calvo, coordinador de la experiencia.

Y todo esto, mientras los comensales recorren los jardines del agroturismo, con 30.000 metros cuadrados y donde se desarrollan los diecisiete espacios históricos donde tres actores introducirán a los comensales en un juego culinario, que implica reproducir banquetes romanos o imaginarse en una cueva.

No es una cena, es una experiencia, aseguran los creadores de The Food Line.

Biel Jordà, director de teatro, dirige a un actor principal que conduce a los participantes por este recorrido histórico-gastronómico, además de otros dos actores camareros. «Es una obra de teatro sobre la evolución humana a través de la gastronomía. Es más que teatro, es más que una cena...», dice Jordà, que dirige a los actores Toni Sastre, Pau Pascual y Mano Palacios, que darán paso a los platos cocinados por el chef Tolo Julià, de Es Revellar. Las cenas se hacen en catalán, castellano e inglés y ya tienen las primeras reservas.

El cocinero Toni Pinya ha participado como asesor gastronómico y Manuel Calvo, catedrático de Historia de la UIB, ha aportado su visión como historiador y arqueólogo para trazar un viaje veraz por la evolución humana. De ahí que hayan podido reproducir el menú de un austrolopitecus de hace 4.500 millones de años, el plato preferido de un neandertal o el homo sapiens, así como el paso de civilizaciones como la egipcia, la hebrea, persa, griega, romana e islámica. Los comensales vivirán la sencillez de la Edad Media, el derroche de los banquetes de Versalles y, en un triple salto mortal temporal, hacerse una idea de qué será el máximo lujo del año 2.500.

No se trata de una cena al uso, sino de toda una experiencia.
No se trata de una cena al uso, sino de toda una experiencia.

Pese a este inmenso recorrido de kilómetros y de años, Jordà y Calvo advierten que «el 90 por ciento de los alimentos de la cena son de kilómetro 0». Una muestra de que Mallorca es un crisol de culturas y cocinas, donde cada civilización ha ido dejando su poso en el recetario.