Operarios durante las tareas de fumigación. | Pere Bota

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Es temporada alta de mosquitos y ses Fontanelles es el epicentro de estos molestos insectos. Esta zona húmeda situada en la Platja de Palma era, hasta ahora, el principal foco pero las labores del servicio de plagas del Ajuntament de Palma han conseguido frenar su presencia. ¿La prueba? Durante la visita a este humedal los visitantes no han sufrido ni un solo picotazo. Y eso que el cambio climático no ayuda: la subida de las temperaturas multiplica la presencia de mosquitos y también de cucarachas o cucas en toda Palma.

El área de Salut, con el Servei de Plagues al frente, está llevando a cabo las tareas de tratamiento para evitar la reproducción de los mosquitos. Alberto Chordá, responsable técnico de Lokímica y doctor en Ciencias Biológicas, cuya tesis se centró en los mosquitos, advierte que en ses Fontanelles «se aplica un larvicida de origen biológico que solo afecta a los mosquitos. Se aplica el tratamiento cuando son larvas, en estado acuático, y así se evita su reproducción». «No afecta al resto de insectos. Solo mata la larva de mosquito», añade Joaquín de María, director general de Salut.

Esto, en cuanto al mosquito común (culex pipiens) y el mosquito de las marismas (aeres caspius), que encuentran en estos humedales su hábitat ideal. Otra cosa es el mosquito tigre, del sudeste asiático, que prefiere los ámbitos urbanos y se cría en el agua acumulada en imbornales, platos de macetas, sumideros, desagües o bidones. En esas pequeñas acumulaciones de agua se reproduce el temido mosquito.

Reproducción

En 2013, cuando empezó a trabajar la empresa Lokímica en Palma, «era imposible estar en ses Fontanelles». La mejora ha sido significativa. Joaquín de María advierte de que no hay que confundir los mosquitos con las nubes de quironómidos, «mosquitos no picadores que son necesarios porque forman parte de las cadena trófica de las aves insectívoras. Causan alarma social pero no pican y suponen un beneficio biológico».

El cambio climático está trastocando el calendario reproductivo y hace que se amplíe el número de ejemplares, tanto de cucarachas como de mosquitos. «Las altas temperaturas junto con las lluvias de septiembre son perfectas para que se multipliquen», cuenta Chordá.

Lo mismo ocurre con las cucarachas: oscuridad, materia orgánica y humedad son los ingredientes perfectos para que se multipliquen. Para evitarlo, las 70.000 alcantarillas de Palma están siendo tratadas tres veces al año. Sin embargo, hay 19 barrios de Palma que están llevando a cabo una experiencia piloto con la pintura Inesfly, que alarga los efectos insecticidas más allá de siete meses.

De María advierte que no pueden entrar en las propiedades privadas para las labores de desinfectación y por eso se está llevando a cabo una campaña de concienciación dirigida a los residentes: la higiene y la limpieza en el hogar son fundamentales para frenar su proliferación.

El servicio municipal actúa en los lugares públicos «pero no podemos entrar en las propiedades privadas». Así, advierten que los problemas de mosquitos que molestan a los vecinos se originan muchas veces en terrenos con aguas embalsadas.

CONTROL DE PLAGUES FOTO : BOTA
Joaquín de María y Alberto Chordán, con dos técnicos en una alcantarilla.