Descontrol. La organización del RFB Music Erasmus perdió el control del concierto y miles de jóvenes bailaron y se juntaron en el ruedo del recinto. | R.S.

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Agentes de la Patrulla Verde de la Policía Local de Palma y los técnicos de Emergències del Govern, en un operativo conjunto, ya advirtieron en un informe elaborado el mismo día del concierto de reggaeton de la plaza de toros del «alto riesgo» de contagios epidemiológicos, alertando de ello al Govern y al Ajuntament de Palma.

En el informe policial, al que ha tenido acceso Ultima Hora, se hace constar que en el espectáculo RFB Music Erasmus celebrado en el coso taurino de Ciutat el pasado martes 15 de junio, «dado el número de espectadores, la edad de los mismos y el alto estado de excitación de los jóvenes se optó, junto con los responsables, acortar los tiempos de actuación y realizar un cierre controlado para evitar altercados. (...) Siendo que, a medida que pasaban las horas o la interacción con los artistas, se hacían más intensos los incumplimientos y masivos, casi imposible de subsanación. Se transformó un evento técnicamente viable en una actividad prohibida expresamente por la normativa COVID-19, con un alto riesgo epidemiológico y masivo (megabrote)».

Polémica

Según fuentes próximas al Govern, sus técnicos de la Conselleria d’Interior (Emergències) y la Policía Local de Palma ya dejaron constancia por escrito de las «graves consecuencias». En ese momento, se hicieron nuevos informes negativos y se inició el procedimiento sancionador para los organizadores del festival.

A pesar de ello, el Ajuntament de Palma autorizó la celebración de la segunda entrega del festival cinco días más tarde. En esa ocasión, las medidas de seguridad fueron mejores y no hubo incidentes, pero la concentración de estudiantes fue también masiva. Tal y como adelantó en exclusiva este periódico, la primera edición del festival se fue por completo de las manos a los organizadores y los responsables de seguridad.

Los mayores compraban el alcohol y se lo daban a los menores y muchos de ellos acabaron borrachos y tirados por el suelo. En las inmediaciones de la plaza de toros, durante toda la tarde, los jóvenes se reunían haciendo pequeños grupos de botellón.

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Cuando entraron la Policía Local de Palma y los técnicos del Govern se encontraron a cientos de jóvenes agolpados en la pista bailando e incumpliendo por completo las medidas de seguridad y sanitarias.

Además, el propio cantante Maikel de la Calle publicó en sus redes un vídeo donde podía apreciarse a cientos de jóvenes bailando pegados al escenario e incumpliendo cualquier protocolo sanitario. El cantante Elián Ángel Valenzuela, más conocido como L-Gante, fue denunciado por falta grave por incitar al público contra la policía. Los agentes también recogieron en sus escritos que L-Gante, lejos de intentar calmar los ánimos del público, se dedicó a incitar y animar a los jóvenes a que incumplieran las medidas de seguridad. «Primer show en España. Me faltó un par de gente para llenarlo, me cortaron el show y me llevé una denuncia por alterar demasiado a la gente», explicaba el propio cantante en sus redes sociales horas después del altercado. Finalmente, la publicación fue retirada.

El portavoz autonómico del Comité de Enfermedades Infecciosas, Javier Arranz, en una reciente rueda de prensa, se mostró convencido de que el brote que afecta ya a más de medio millar de estudiantes de la Península que viajaron a s’Arenal para celebrar el final de curso fue importado.

Según comunicó el pasado viernes el Govern, tras las investigaciones de los servicios sanitarios de rastreo, hubo varias situaciones a mediados de junio que favorecieron la propagación de los contagios. Uno de ellos el concierto de reggaeton en la plaza de toros de Palma, a cuya entidad organizadora ya se le ha abierto un expediente que puede terminar en una posible multa de entre 60.000 y 600.000 euros por infracción muy grave.

Además, se han detectado otros espacios de contagio como diferentes fiestas en la costa de s’Arenal de Llucmajor, tanto en party boats como en tierra, incluidos nueve hoteles, a los que se está investigando.

Los polígonos de Palma se han convertido ahora en la zona cero del descontrol y desfase. La policía es recibida a botellazos y no entran para no provocar.