Un grupo de jóvenes pasea por Palma sin mascarilla. | Laura Becerra

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Mallorca vuelve a verse las caras. La Isla, como el resto del territorio español, ha amanecido este sábado 26 de junio liberada de la obligación de llevar la mascarilla en la calle. Una bocanada de aire en estos días en los que ya aprieta el calor. Un adiós que supone el regreso un uno de los gestos más valiosos: las sonrisas.

La Isla vive su primera jornada sin mascarilla obligatoria en la calle en plena ola de calor. Aunque unos pocos todavía no se han atrevido a retirársela, la mayoría de los ciudadanos que pasean esta mañana por Palma han agradecido este paso hacía la normalidad en un día de bochorno, en el que los termómetros superan los 30 grados.

La anulación de la norma que imponía la mascarilla al aire libre es recibida con entusiasmo por los mallorquines que en sus primeras horas no parecen echar de menos un accesorio que en el último año ha sido casi una extensión de nuestro propio cuerpo.

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Muchos la llevan en el bolsillo o en el bolso, incluso algunos a modo de pulsera en la muñeca. También están aquellos que prefieren dejársela puesta para entrar y salir de los comercios o por despiste. Consecuencias un habito de hace meses, que ya se había convertido para muchos en costumbre. De hecho, como puede verse en las imágenes que acompañan esta información, todos aquellos que paseaban por la calle Sant Miquel el miércoles portaban cubrebocas, una fotografía muy distinta a la de este sábado.

Mientras que en las calles se retira la mascarilla, los hospitales se vacían de enfermos de coronavirus. Mallorca sube un peldaño más hacía la nueva normalidad y afianza sus buenos datos en la pandemia. La incidencia acumulada en 14 días es de 51,98 casos por cada 100.000 habitantes en Baleares. En Mallorca es de 52 casos por 100.000 en dos semanas.

Un paso hacía delante que no hubiese sido posible sin el rápido avance de la vacunación contra la COVID. En Baleares casi el 55 % de la población tiene al menos una dosis de la vacuna y el 36 % de la población diana está inmunizada con pauta completa.

Ir sin mascarilla al aire libre es un pequeño avance, pero los antecedentes de otros países recuerdan que no hay que confiarse. Las autoridades de Israel, el primer país en abandonar la mascarilla, se han visto obligadas reimponer algunas restricciones ante el repunte de casos. Una de las medidas es volver al cubrebocas. Con cautela y con la vista puesta en las nuevas variantes, la mascarilla queda atrás en los exteriores. Hoy Mallorca vuelve a sonreír, el fin está más cerca.