El diputado de Cs Maxo Benalal. | CS

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El secretario nacional de Organización de Cs, Borja González, ha manifestado este jueves que sospecha que detrás de los movimientos en el grupo parlamentario de Cs en Baleares hay una «ambición personal desmedida» por parte del diputado Maxo Benalal, secretario segundo de la Mesa del Parlament.

En declaraciones a Europa Press, González ha explicado que actualmente hay abierto un procedimiento disciplinario contra el diputado, que podría culminar con su expulsión.

Desde el pasado 15 de mayo, mientras se tramita este expediente y se estudian las alegaciones del afectado, Benalal está suspendido de forma cautelar en el ejercicio de sus cargos orgánicos y derechos como afiliado, en aplicación del reglamento que prevén los estatutos del partido.

El partido cree que es Benalal quien «está arrastrando a otras dos personas», los diputados Marc Pérez-Ribas y Jesús Méndez, en el intento de cambiar a la portavoz del grupo parlamentario, Patricia Guasp, actual coordinadora de Cs en Baleares.

González ha defendido que tanto Pérez-Ribas como Méndez «a priori estaban plenamente alineados con el comité autonómico», y que fue Benalal quien promovió el escrito para quitar la portavocía a Guasp.

Según el secretario general de Organización, «no es un problema político» sino «una cuestión de ambición personal desmedida». González ha añadido que «tomar una decisión unilateral» para «revertir el mandato de la dirección» y los votantes «no parece una opción correcta».

«Entendemos que puede ser algún tipo de bomba de humo», han apuntado desde el partido, en el que han pedido a Benalal que justifique una serie de cobros de dietas ante un «supuesto abuso» detectado por el Parlament.

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González ha expresado «tolerancia cero frente a este tipo de comportamientos» y ha sugerido que «intentar cambiar por la puerta de atrás» a la portavoz «quizá responde a otro tipo de movimiento».

Si el expediente abierto termina con la expulsión de Benalal del partido, ello no conllevaría de forma automática la expulsión del grupo parlamentario.

El Reglamento del Parlament marca que, para que un diputado pase al Grupo Mixto, su grupo parlamentario original debe acreditar que la decisión de expulsarlo fue acordada por al menos mayoría absoluta de los miembros.

Dado que Cs cuenta con cinco diputados en el Parlament, esto requeriría del voto de Pérez-Ribas y Méndez. «Me cuesta mucho creer que los dos diputados vayan a hacer seguimiento de esa conducta que no responde a ningún criterio lógico», ha comentado González.

Al mismo tiempo, la permanencia de Benalal como miembro de la Mesa depende a su vez de su pertenencia al grupo parlamentario. Otras vías que contempla el Reglamento para perder la condición de miembro de la Mesa es la renuncia expresa, la pérdida de la condición de diputado o a través de una aprobación por parte del pleno -cumpliendo ciertas condiciones-.

En cualquier caso, si Benalal es expulsado del partido, éste le exigirá que entregue el acta de diputado y abandone el Parlament. González ha lamentado que el comportamiento del diputado «tiene especial repercusión sobre la imagen del partido».

El secretario nacional de Organización viajará la próxima semana a Baleares, dentro de una ronda de visitas por diferentes territorios de cara a la convención de julio para «relanzar» el proyecto de Cs, anunciada por la presidenta del partido, Inés Arrimadas, tras las elecciones de la Comunidad de Madrid.

González ha destacado que se ha abierto un proceso participativo de recogida de propuestas en el que están tomando parte afiliados y cargos de Baleares «de manera intensa».