Consuelo Méndez, directora de Enfermería, posa en las dependencias de Atención Primaria de Salut. | Pere Bota

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Se define como apasionada del sistema sanitario público y de su profesión, la enfermería, que acaba de festejar su Día Internacional. Consuelo Méndez (Palma, 1979) habla de los sacrificios de la Atención Primaria, de ratios insuficientes, de problemas por resolver y de su admiración por el colectivo. Como subdirectora de Enfermería en esta gerencia se vacunó el primer día de la campaña y sí, también da su versión sobre la polémica que suscitó.

Valore el papel de la enfermera de Primaria en la pandemia.

—Desde el principio ha sido clave. Nos preocupaba que no se colapsaran los hospitales y desde Primaria los protegieron. Las enfermeras potenciaron la atención domiciliaria de personas vulnerables y crónicos. Si en un mes normal se hacen unas 8.000 visitas, desde marzo aumentaron a 15.000.

¿Cómo se adaptaron a las nuevas necesidades?

—Hicimos protocolos estandarizados en cada centro de salud para personas con posibles síntomas de COVID-19 y se creó la figura de la enfermera respiratoria que cada día llama a sus pacientes para hacer un seguimiento. También surgieron las rastreadoras que hacen el estudio de contactos cuando se localiza un positivo. Otro objetivo fue no dejar de hacer nuestro trabajo habitual, cuidados, controles de medicamento... La actividad en los centros ha aumentado casi un 50 por ciento.

¿Cómo afecta todo esto a la salud de la enfermera que se enfrentó a una pandemia con una de las ratios de personal más bajas del Estado?

—En Primaria hemos aumentado la plantilla con 150 enfermeras más y 45 auxiliares de enfermería, gracias a ellos hemos podido sacar adelante todo el trabajo. Las enfermeras están cansadas pero la actitud es de hacer lo que les eches. Ahora hacen también la campaña de vacunación, que es muy exigente, de forma excelente.

¿Se parará ahora la vacunación en los centros de salud?

—No, en Primaria todavía nos quedan colectivos como las personas de exclusión social... Cada semana distribuimos las vacunas a los centros masivos y enviamos equis dosis a cada centro de salud. Como se organiza una semana antes, en función de lo que se recibe van citando. Hay un protocolo de dosis sobrantes y si alguien no se presenta, se llama al siguiente de la lista.

Fue una de las primeras personas en vacunarse el primer día de la campaña, el 27 de diciembre. ¿Quiere contar su versión?

—Sí, es que no me la habían pedido. Ese día estaba todo organizado. Teníamos los listados de la residencia, preparamos todo el material y fuimos. ¿Qué pasó? Era Navidad y muchas familias se habían llevado a los residentes a casa y había profesionales de vacaciones, el caso es que sobraron dosis y nosotros seguimos el protocolo. En esta comunidad no se tira ninguna y, siguiendo las directrices, nos dijeron que nos las teníamos que poner. Y así fue. Personalmente no me siento mal porque somos una dirección muy cercana que durante toda la pandemia hemos hechos reuniones en los centros de salud; hemos ido a vacunar a residencias y a centros para dar apoyo a los equipos. Estábamos en las trincheras con ellos.

¿Cómo ha vivido el debate político?

—Yo no soy política, ni alto cargo. Soy enfermera, convencida a muerte del sistema sanitario público y de la importancia de nuestro trabajo, por eso me dejo la piel aquí. No quiero estar metida en esto.

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De volver a verse en esta situación, ¿lo volvería a hacer?

—Si el protocolo así lo dicta y me lo dicen, sí.

¿En qué se ha quedado la revolución de Primaria?

—En algunos aspectos ha avanzado más rápido de lo esperado, por ejemplo en reunir a responsables casi a diario gracias a los nuevos dispositivos en los centros de salud. Y otros como la gestión de la enfermera de la demanda han podido ponerse en marcha pese a la pandemia y la vacunación.

Hemos tildado de telemedicina a la consulta telefónica. ¿Este sistema ha llegado para quedarse?

—La telemedicina se hace con videollamada, no está desarrollada pero es uno de nuestros objetivos y trabajamos en él. Por otra parte la llamada debe quedarse porque hay parte de la población que se beneficia como los más jóvenes, gente que trabaja... Pero se recuperará la parte presencial que nunca se ha dejado de hacer, los centros de salud no cerraron.

¿Cuándo se llegará al 100 % de la presencialidad en los centros de salud de Mallorca?

—Empezaremos esta semana y como cada centro es diferente será progresivo pero estará antes del 1 de junio.

¿Las restricciones de Primaria han llevado a más pacientes a Urgencias?

—No sé qué ven en los hospitales pero la relación es muy buena y hemos estado más coordinados que nunca, yo me quedo con esto.

El presidente del Sindicato Médico dijo que las enfermeras donde deben estar en los hospitales.

—Creo que se equivocó y habló de algo que desconoce, el trabajo de la enfermería en Atención Primaria.

¿Cuál es el reto ahora?

—Conseguir poner en marcha los proyectos que tenemos en mente tras la campaña de vacunación, ya hicimos un proceso participativo gestión de la demanda, las unidades de admisión, mejorar las ratios, y comunicar mejor nuestros circuitos a la población.

¿Cree que la población valora el trabajo de la enfermera?

—Creo que quien nos ha tratado sí, ahora además las enfermeras de Primaria están consiguiendo un desarrollo competencial que no se había visto, por ejemplo, con la prescripción de determinados fármacos, además llevamos años trabajando en las especialidades.