Los docentes estrenaron la vacunación masiva contra la COVID en el Hospital Son Dureta. | Pere Bota

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La alarma saltaba a media tarde de este lunes para miles de vacunados en Baleares con la primera dosis de AstraZeneca contra la COVID-19. España paralizaba la administración de la vacuna de la Universidad de Oxford y minutos después Salut Pública confirmaba la suspensión de la campaña en los centros habilitados para la vacunación masiva. AstraZeneca queda en el limbo, temporalmente, y muchos de los vacunados viven este 'impass' con «preocupación», «incertidumbre» y «enfado, es un error descomunal para la vacunación ahora cuando empezaba a coger ritmo».

Hasta 29.000 personas han sido vacunadas con la primera dosis de la vacuna en las Islas, y no será hasta finales de abril y principios de mayo cuando muchos de ellos no comiencen a recibir la segunda dosis. Con un mes y medio por delante, algunos de los vacunados con los que ha contactado Ultima Hora se muestran tranquilos. «Yo creo que esto tiene que estar más que solucionado para cuando me toque volver a vacunarme», comenta Marga Llinàs, quien entró en el plan de vacunación al activarse AstraZeneca para la población entre 45 y 55 años. Como muchos otros manifestó tras la dosis sintomatología leve, «algo de fiebre y malestar general», y se siente tranquila ante la suspensión del fármaco por los trombos informados: «Son unos pocos casos entre millones, sería mucha casualidad que también me pasase».

Los docentes han sido otro de los colectivos que ha recibido la vacuna de AstraZeneca. Sandra Gaya, profesora de Infantil y Primaria, fue vacunada el 7 de marzo. La reacción de la vacuna le hizo estar un día en casa con fiebre alta, cefalea, cansancio y mareos. Asegura que en el centro este martes la suspensión de la vacunación es el tema del que todos hablan: «¿Y ahora qué?», se preguntan. Ella, por su parte, no ve «claro que realmente no pase nada. Por qué lo han paralizado ahora, cuando hace unos días decían que seguían adelante. Otros países suspendían y España no. Me preocupa lo que vaya a pasar».

En el colegio hay opiniones de todo tipo. Hay vacunados que creen que no pasará nada y que dentro de quince días volverá a vacunarse. «Otros creen que nos están engañando y que al final la están probando ahora».

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Charo Robles también recibió la vacuna por grupo de edad. Ha pasado cuatro días con diferentes síntomas: fiebre, malestar general, mareos, escalofríos,... «La verdad es que no estaba nada convencida. Me llamaron el jueves para darme cita y el viernes me vacunaron. No me tengo que poner la segunda dosis hasta el 4 de junio, pero estoy preocupada porque no sé qué pasará». Vive «con incertidumbre» y «asustada» ante el desconocimiento de lo que pueda ocurrir en adelante con esta vacuna. En este sentido, Amaya Michelena, que fue vacunada el pasado sábado por grupo de edad, opina que la vacuna «es segura en la medida en que cualquier otro producto farmacológico lo es, pues todos tienen riesgos».

Considera que detener la vacunación «ahora que ya había cogido cierto ritmo me parece un error descomunal. No pretenderán vacunar a toda la población mundial y que nadie tenga el menor problema» y critica la decisión: «Nos han dicho que no hay nada que temer, que todo es seguro y que esos casos de trombosis son casualidad. Ahora ven la reacción de otros países y van detrás. ¿En qué quedamos?».

El inicio de la vacunación al grupo de 55 años comenzó en Baleares el pasado 12 de marzo, cuando ya había saltado el bloqueo de un lote de AstraZeneca por la muerte de una paciente. Algunos de los vacunados en las Islas reconocen haber sido algo reticentes ante la primera dosis. «No estaba nada convencida», afirma Charo Robles, al igual que Sandra Gaya. Marga Llinàs añade: «Si la vacuna tiene que ser el detonante para hacer mi vida normal, me vacuno.No me hacía gracia, pero tampoco me gusta vivir así».

Otro de los colectivos que ha percibido estas semanas la vacuna de AstraZeneca son los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado. Uno de los últimos policías nacionales en recibir la primera dosis antes de conocerse este lunes la suspensión fue Alejandro Becerra, inspector jefe de Comunicación de la Policía Nacional. El mismo día, solo unas horas después, le sorprendía el anuncio del Gobierno. Como otros compañeros del cuerpo, tiene cierta preocupación por saber si podrá completar a tiempo su inmunización. Becerra no ha presentado síntomas en este día posterior, tampoco Manuel Pavón, oficial de la Policía Nacional y secretario general del SUP. Fue vacunado el sábado y explica que sólo un agente de entre los que ha contactado ha presentado fiebre tras la vacuna. Como otros compañeros comparte la preocupación de cara a la segunda dosis.