La vacuna contra la COVID puede generar malestar las primeras horas. | DADO RUVIC

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«Al principio no fue nada, duele un poco el brazo por el pinchazo, pero al cabo de unas horas noté escalofríos, como un principio de gripe, como el cuerpo golpeado». Es el testimonio de María José García, que se vacunó el domingo por cursar un máster que requiere de prácticas en un instituto. «Me tomé un paracetamol porque me notaba caliente, pero no tenía fiebre. Al levantarme por la mañana no podía mover el brazo y tenía dolor de ciática, que no sé si es casualidad o normal, pero me dejó KO», señala.

Los efectos adversos más frecuentes de la vacuna de AstraZeneca contra la COVID-19 son, por lo general, de intensidad leve o moderada y los resultados mejoran a los pocos días según recoge el informe de la Agencia de Medicina Europea. Entre los más frecuentes están la molestia en el lugar de la inyección, el dolor de cabeza, cansancio, dolores musculares, sensación general de malestar, escalofríos, fiebre, dolor articular y náuseas y afectan a más de una de cada 10 personas que la reciben.

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«Lo primero de todo hay que saber de qué lado se duerme para ponerla en el otro porque es uno de sus principales efectos», explica el doctor Javier Arranz, portavoz del comité autonómico de enfermedades infecciosas. «Lo segundo: hay que tomar paracetamol justo después de la vacuna, antes no tiene sentido», asegura. «Como los efectos se producen unas horas después hay margen, si te vacunas por la mañana te puedes despertar con escalofríos o sensación gripal y en las 24 horas siguientes puedes tener incluso 38 de fiebre, no es tan frecuente, pero se está viendo», explica este experto.

S. C. es estudiante de último año de Educación Infantil y se vacunó el sábado. «A las ocho empecé a encontrarme bastante mal, me subió mucho la fiebre», relata. Pasó una noche toledana. «A las dos de la mañana me desperté temblando, y a la hora siguiente con mucho sudor, un calor increíble», prosigue. Tras tomarse otro antipirético, a la mañana siguiente «me levanté como si me hubiera pasado un camión por encima».

Y es que según el doctor Arranz, «los efectos adversos con AstraZeneca, Pfizer o Moderna son más frecuentes que con otras vacunas que conocemos de hace más años, pero duran poco tiempo», matiza. De hecho, explica, han trascendido más las secuelas de la vacuna para menores de 55 años porque «no son sanitarios y se preocupan porque están menos acostumbrados».