Una profesora recibe la primera dosis de la vacuna de AstraZeneca. | ARCHIVO

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Las vacunas contra la COVID-19 están provocando efectos secundarios a algunas personas. Aunque se trata de algo habitual cada vez que se inyecta una vacuna, en esta ocasión está causando más revuelo porque se trata de fármacos más desconocidos que los de otras enfermedades como la gripe, al tiempo que se está inoculando a más personas.

El especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública, Joan Carles March, explica que «las personas que reciban la vacuna de AstraZeneca deben tomarse una dosis de 1 gramo de paracetamol antes de la vacunación, seguida de 1 gramo cada 6 horas durante las primeras 24 horas». Esto reducirá significativamente el dolor local, la febrícula, los escalofríos, las mialgias, la cefalea y el malestar postvacunal, sin influir en la respuesta inmune.

March precisa que «los efectos son leves y desaparecen con rapidez». Por ello, recomienda «no exceder esta toma analgésica, que constituye un tratamiento de choque para el día crítico de la vacunación y las horas posteriores a la misma».

En el caso de las vacunas de Pfizer y de Moderna, el especialista en Medicina Preventiva y Salud precisa que depende de los síntomas que cada persona pueda tener. De este modo, si tras la vacuna de Pfizer se siente dolor o se tiene alguna molestia existe la posibilidad de tomar medicamentos como ibuprofeno, para reducir el dolor y la molestia.

En este punto, recuerda que el 57,3 % de las personas que han recibido la vacuna de Pfizer tuvieron que tomar algún analgésico para paliar los dolores y molestias tras la segunda dosis de la vacuna de Pfizer; mientras que con la primera ha sido del 23,3 %.

En el caso de Moderna también se puede tomar ibuprofeno para reducir los síntomas. El 83,2 por ciento de las personas que ha la han recibido ha manifestado haber sentido molestias al recibir la segunda dosis, pero únicamente el 2,7 % ha considerado que sea severo.

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March resume que la medicación utilizada para reducir los síntomas provocados por las vacunas contra la COVID-19 ha sido normalmente analgésica o antiinflamatoria. No obstante, ha precisado que en menos de una semana desaparecen.

Los efectos secundarios son similares para las tres vacunas

Aunque se ha suscitado más revuelo con la vacuna de AstraZeneca, «los efectos secundarios son similares para las tres vacunas y son una señal de que la vacuna está ayudando a crear protección contra la enfermedad».

Los efectos secundarios más comunes que se han reportado son dolor e hinchazón en el lugar de la inyección, fatiga, dolor de cabeza, escalofríos, fiebre, dolor en los músculos y articulaciones, náuseas, inflamación, erupción o enrojecimiento tardíos en el lugar de la inyección. No obstante, la mayoría de las reacciones son temporales y desaparecen en unos pocos días.

El especialista en Medicina Preventiva y Salud explica que «todos los medicamentos, incluidas las vacunas, pueden desencadenar reacciones adversas leves o, con menor frecuencia, otras más graves». En este sentido, precisa que «la mayoría de los efectos adversos producidos por la vacunación contra la COVID-19 son leves y transitorios y se limitan a dolor pasajero o tumefacción en el lugar de la punción».

«La causa de los efectos adversos puede ser debido a la propia vacuna, a los conservantes que se incluyen para mantenerla estable, o a otras sustancias presentes en algunas vacunas», concluye.